Querido amigo cura:

Me ha gustado mucho tu escrito. No estoy de acuerdo con lo que dices, pero entiendo tus razones y me gustan. Creo que eres una buena persona, con buenas intenciones. Me recuerdas a otros curitas jóvenes que he conocido que en su momento estuvieron vinculados a la labor de san Rafael.

Hay una canción de Willie Nelson que me gusta mucho. Parte de su estribillo dice: “forgiving you is easy, but forgetting seems to take the longest time.” No sé lo que les haya pasado a otros, pero para mí perdonar al lado oscuro ha sido relativamente fácil. Olvidar todo aquello es otra cosa, especialmente porque ni siquiera quiero olvidarlo, ya que del olvido sale impunidad y nuevas víctimas.

Me alegra mucho que tu paso por el lado oscuro no haya sido malo para ti, o al menos que creas eso. Y lo mismo para toda tu familia. No le deseo mal a nadie. Sin embargo, hay mucha gente muy maltratada, con tratamiento psiquiátrico, con dosis de pastillas que a ti te dejarían como a un zombie. Esto no me lo han contado. Los conozco. Comprendo tus buenas intenciones, pero esto es mucho más grave que perdonar o no.

Si tú crees que Escriba (ese era su apellido antes de todo el maquillaje social) es solamente un santo aragonés, con mala leche te falta conocer mucho sobre ese personaje. Te recomiendo vivamente que leas en esta página web varios estudios muy profundos que se han hecho. Son asombrosos. Ni yo me esperaba o sospechaba que ese señor era así de… mejorable, por usar tus propias palabras. Su canonización creo que ha sido una vergüenza para la iglesia. Perdona si te escandalizo, pero creo que en estos momentos tú eres más canonizable que él. Me apuesto cualquier cosa.

Sobre el lado oscuro también hay datos muy interesantes que van más allá de la fragilidad de las instituciones de la iglesia. Si sigues leyendo esta página web encontrarás estudios muy serios y acusaciones muy graves y bien fundamentadas. Yo no te quiero cansar repitiendo las partes esenciales de la argumentación, pero deseo ofrecerte un hecho comprobado e indiscutido que probablemente remueva tu joven alma sacerdotal.

Cuando un numerario expresa su deseo de ser ordenado sacerdote no se le ordena. No se conoce ninguna excepción a esta regla. Todos los sacerdotes numerarios y coadjutores de la prelatura opus dei han sido ordenados porque no querían ser sacerdotes. Simplemente aceptaron obedientemente que el prelado les llamara a las sagradas órdenes. ¿Te parece que esto es una institución católica normal?

Lo dejo aquí y te pido que tengas mucha paciencia y muchas ganas de perdonar porque me temo que la que te va a caer encima va a ser buena.

Un cariñoso abrazo.

Dionisio, el Areopagita.