Hablo desde la experiencia cuando digo que los colegios del Opus dei son un mal sitio para crecer y madurar como persona, porque en todo momento es esto lo que se pretende evitar. Yo salí hace un par de años de Montealto, un colegio femenino de madrid, despues de 15 años estudiando alli. Fue una etapa bonita de mi vida aunque marcada por una "moral" que iba mas allá de la religiosidad. Las actividades religiosas generalmente no eran excesivas, misas de vez en cuando ("voluntarias"), rezar el angelus y poca cosa más. Donde realmente se ensañaban era en la deformación del pensamiento: dar charlas semanales que suelen cursar sobre castidad (pecado sobre todos los pecados) en las que se decían cosas como que la masturbacion en hombres puede justificarse pero en mujeres no o que éramos nosotras mismas, con nuestra forma de vestir, las que forzabamos a los chicos a masturbarse...
Las relaciones prematrimoniales ni se contemplan, el sexo es valido solo dentro del matrimonio y, dentro de este, con el fin de tener hijos. A pesar de la obsesión con aquella mal entendida "pureza", la educación sexual que se recibe es absolutamente NINGUNA.
Se da la reproducción básica de primaria, no se habla de anticonceptivos ni aunque el temario lo indique, no se explican los porqués. Se hace así y punto. En una ocasión nos impartieron unas charlas de dos días de sexualidad, al terminar la ponente (trabajadora del colegio) quiso que hiciéramos preguntas. Una compañera mía preguntó por qué no iba a poder ella que quería a su novio acostarse con él. Aquella mujer se negó a contestar porque lo consideraba "obvio". No voy a poner en tela de juicio los ideales del opus sobre sexualidad, solo creo que hay que argumentarlos, no meter ideas en las mentes de las jóvenes alumnas sin ningún tipo de razonamiento, sin explicarlas para que ellas mismas sepan porqué lo hacen y no sean autómatas de una educación represora.
Tanto hincapié puesto en el sexto mandamiento dejaba algunos otros mandamientos desatendidos. No era de extrañar que si contabas algo a una profesora, pronto lo supiera todo el claustro e incluso las alumnas, con frecuencia alguien robaba un móvil o un ipod, cosas que pasan...
Allí se habla mal de todo el mundo, criticar es del deporte institucional. La tónica general era la soberbia de considerar que todo el mundo fuera de esas paredes era inferior, incluso eran peores personas. Hay un club muy cerca del colegio al que van las alumnas (sobretodo cuando son jóvenes, con el tiempo solo cambian de club). Ay de ti como pasaras por allí, ya no te escapabas, tenían tu numero, tu dirección y tu dni, si pudieran. El proselitismo era feroz, te llamaban a tu casa las veces que hiciera falta, aunque declinaras sus invitaciones, siempre te llamaba la misma, era como tu encargada, te proponía planes aparentemente inocuos como una merienda o ver una peli con otras niñas del club, cursos de maquillaje, vete tú a saber... y claro, inocente de ti, te parecía que aquella mujer lo hacia desinteresadamente porque le habías caído en gracia pero su avidez era tal que aunque cobraran comisiones por niña difícilmente podría aumentar. Pero muchas veces no hacia falta que te acercaras por allí porque gran parte de las profesoras eran numerarias, incluso de ese mismo centro, así que ellas van a ti como la montaña a Mahoma, y te sacar de la clase para hablar.
Te preguntan tus datos, profesión de tus padres y teléfonos de toda tu familia y la mitad de tus vecinos, mucho me extrañaría que esos apuntes después no se filtraran, y después de fingir un poco de interés por tus estudios, atacan. Te preguntan por qué no pasas a confesarte o a "charlar" con el sacerdote y de paso promocionan un poco su centro y lo felices que son allí. En mi caso el acoso se redujo drásticamente cuando entré en bachillerato, no sé si por norma general o porque vieron que era una causa perdida, aunque en las asignaturas que lo permitían continuó: cursamos ética como una segunda religión, de esa asignatura solo recuerdo la teología y la teogonía. En filosofía empleábamos un mes en autores como platón y santo tomás y ni siquiera una semana a marx, nietzsche, etc., que desde el punto de vista académico son igual de importantes.
El resultado de esta educación son tres grupos de personas: una masa borreguil que irá a universidades de fomento, trabajará en fomento y nunca verá nada fuera del mundo ficticio que tienen montado; gente radicalmente opuesta al pensamiento del Opus Dei (los "rebotados"), que preferirían cortarse un brazo a volver a saber del Opus; y la mayor parte es una horda hipócrita acostumbrada a fingir comulgar con los pensamientos del colegio, a presentarse voluntario para leer en la misa del oratorio y no pisar una iglesia nunca más, a rezar cuando te miran, lo que es quedar bien por encima de tu propia ideología. Y aunque yo soy de las "rebotadas", no sabría deciros cual es peor de las tres.
Todos los casos que os he puesto son reales y tienen nombre y apellidos, aunque no sería apropiado desvelarlos, solo os pido que cuando llevéis a vuestro hijos a un colegio del Opus Dei, penséis si esta es la educación que queréis que tengan vuestros hijos, desde luego yo no.
Gracias por leerme ;)
ExAlumna
