Una vez hecho un pequeño resumen de la relación de mi forma de ser con el opus dei, vamos a intentar comprender. He de decir que aquí me muevo en arenas movedizas, a lo mejor meto la pata donde no la debo de meter. Si pasa, ruego disculpas.

Todos estos movimientos católicos “extremos”, opus dei incluido, pseudoforman, es decir, le hacen creer que la persona está altamente formada y lo que está es altamente polarizada. Para polarizarla o magnetizarla, hay que manipular sus miedos y temores más profundos mediante la dirección espiritual, creando un tándem de equilibrio entre premio (Dios) y castigo (fuego eterno). Cuando la persona se desmagnetiza un poco, le enseñan sus temores y se polariza otra vez. El miedo, la exclusión, la no obediencia y el delegar la razón, la hacen maleable a extremos inimaginables.

Os adjunto un video de manipulación clásica de consciencia donde alimenta los temores más profundos y repolariza al sujeto al grupo.

 No quiero decir que este video no tenga razón, en algunos casos, pero hay maneras y maneras de explicar las cosas. Con este video, la persona mezcla el placer, la libertad, el hacer lo que se quiera, el diablo, el pecado, el miedo, la inseguridad... creando una receta, de lo más tortuosa.

No se explican las cosas como son, con claridad, sin estimular el miedo. Se explican las cosas de forma pseudopositiva, en que cuanto más polarizado estés y más en “línea” estés, más “feliz” eres y más contento está Jesús. La elección viene dada, el que obedece nunca se equivoca (¿os suena?), el temor al error queda anulado con la obediencia. A partir de ahora, toca vivir en los mundos de Yuppie, con endorfinas ultracatólicas. Por suerte, mis padres me enseñaron a elegir, lo que más convenía, con criterio y serenidad.

Cuando una persona, por H o por B, se separara de la ubre, hay una desorientación tal, que queda expuesto a los cuatro vientos, a veces el magnetismo incorporado, le puede jugar malas pasadas con “otras filosofías” de carácter ferroso. Conozco casos, muy exagerados, que han ido pasando de extremos a extremos, sin criterio alguno. Hay un caso en particular, que fue practicar Reiky y dijo que se hizo budista y luego volvió otra vez a otro movimiento católico, y así varias veces, de Herodes a Pilatos, con diferentes cosmovisiones y conversiones de carácter polar.

En cambio los que nos han enseñado a valorar, a analizar, a pensar, a amar, a querer y a no entrar en el chantaje emocional, nos mantenemos fiel en una línea y siempre más o menos igual. Con criterios sólidos. Por eso, cuando desechamos algún material “formativo” de los movimientos extremos, no se hace según la conveniencia del momento, sino desde los criterios, formados tras una vida de experiencia y con intención de rectitud, y de la mano de un Dios misericordioso y no manipulador.

Hay que huir de la dirección espiritual y cambiarla por el acompañamiento espiritual, donde el concepto de subordinación desaparece y aparece un compañero de viaje experimentado que te aconseja, pero las decisiones las toma uno mismo. Aquí uno es responsable al cien por cien de sus actos. ¡Qué maravilla!

Un saludo a tod@s

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