Hay cosas que me cuestan comprender.- Class
Fecha Friday, 18 September 2015
Tema 010. Testimonios


Hay cosas que me cuestan comprender, como el secuestro del alma por parte del opus dei u otros organismos parecidos y sus efectos en las personas. Esto significa que para entenderlo debo de hacer un esfuerzo relativamente grande.

Provengo de una familia católica tradicional que ha sabido adaptarse a los tiempos, relativamente culta, que lee periódicos y libros diversos, se hablaba de ciencia, de filosofía, de arte, de historia, de cine, de literatura, de espectáculos, de política, de religión, de economía, de medicina, de informática, de leyes, de ocio, de vacaciones, de gustos personales, de moda, de cosas banales… ¡vamos! de todo un poco y a veces bastante. Nos gustaba todo el saber en general...



Con esta variedad, la cabeza funciona y se amuebla, bastante bien. Ningún tema es pasto de la obsesión y da una amplitud de mente bastante dilatada.

Además, la educación en casa de mis padres, era recia, daban mucho valor al trabajo, al prestigio, a la seriedad, a la palabra dada, en hacer las cosas bien hechas, en saberse administrar y afrontar la vida correctamente, a la prudencia, en diversificar los huevos en cestas diferentes… en resumen… Mis padres nos educaron en madurez y responsabilidad… y sobretodo valoraban la reflexión y el pensar. A veces era duro pero valía la pena. Éramos partícipes de todo lo que pasaba en la casa, cuando la edad y la madurez, nos lo permitía. A criterio de nuestros padres, nos contaban las cosas que habían pasado y habían sido no comentadas por falta de enjundia y edad.

En casa mis padres no había obsesiones políticas, ni religiosas, ni futboleras, ni de ningún tipo. Veíamos defectos y virtudes en todo lo que nos rodeaba. Y convivíamos felizmente con ello, porque sabíamos que en todo hay de lo bueno y de lo malo. Incluso en la Iglesia.

Por casualidades de la vida, me fui a estudiar a un colegio del opus, ya que en la zona, era el que tenía más prestigio en aquel entonces. Fue una época muy grata e hice grandes amigos y la presión del opus no iba más allá de confesarse e ir a misa, y cuando me invitaban al club decía que no, ya que cuando fui, me lleve muy mala impresión. Fuimos a merendar y abrieron una Coca-Cola para mí, me encerraron en un cuartucho con un tío que no conocía de nada y me propuso círculos, meditaciones, etc. Yo le dije que tenía otras cosas que hacer y que no me alterara mi vida. Siguieron insistiendo, pero yo tenía el control del NO, sin más explicaciones.

Me animé a ir a la Universidad de Navarra y entré en relación en colegios mayores, pisos asociados y clubs, en aquel entonces no tenía ningún prejuicio ni en pro ni en contra hacia el opus dei. La verdad era un ambiente cómodo, iba a misa los domingos, asistía a círculos, meditaciones… iba filtrando los contenidos de los medios de formación. Lo que interesaba se integraba y lo que no, se desechaba. Como siempre he hecho. Eso sí, lo que desechaba, no lo discutía, ya que era como machacar el hierro en frio. Me empezaron a rondar numerarios de medio pelo y la verdad que eran bastante fáciles de desactivar, sólo con mirarles a los ojos, tener seguridad, y tratarlo como relación de igual a igual, se desmoronaban como la mantequilla. Pero por circunstancias de la vida me topé con una persona numeraria, un poco mayor que yo, nos hicimos amigos y seguimos siendo amigos (cosa inusual en el opus dei), que me “cazó”, mediante la razón. Se podía hablar de forma natural, e incluso le podía consultar cosas del material desechado, sin crear un escándalo. Y poco a poco con paciencia y una caña… me pescó, sin malas artes.

Al tiempo, me trasladaron a otro centro, con otros perros y con otros collares, lleno de pijos y de tonterías, repleto de aduladores y palmeros, plagado de numerarios más repeinados y engominados que Mario Conde. Eso fue un cambio de escenario total. El cura, era para darle leches y no parar. ¡Qué miedo pasé!, ja, ja, ja. Como no pegaba ni con cola, me hicieron moobing sistemático, pero como yo funcionaba con un sistema operativo diferente a ellos, la verdad, es que me resbalaban las chorradas. La técnica del filtrado era muy eficaz para no entrar en tontería. Me los miraba fríamente y daban mucha pena. Me acuerdo que en una convivencia, me hicieron en un día nueve correcciones “fraternas”, di las gracias, sonreí y por dentro pensé, que os den, ya que eran de lo más pueril que oí en mi vida. Me acuerdo que en esa convivencia, a modo de anécdota, hice un pequeño diario, escribiendo todas las chorradas que se hacían y decían, era todo muy infantiloide.

Una de las correcciones fraternas, fue que dije que me gustaba la playa, y me corrigieron fraternalmente, ya que me tenía que gustar la montaña, como si en la montaña no se pudieran hacer las mimas cosas que en la playa, además, en el monte, para más Inri, hay cabras, un problema adicional…

Con este panorama, cuando llegaron los tiempos de San José, “vieron” que el opus dei, no era lo mío. Ciertamente me sentí traicionado ya que mi entrega prudente fue total. Cuando salí me sacudí el polvo de mis pies. Pude rehacer mi vida fácilmente ya que no me traicioné a mí mismo y conservé todos mis amigos. Ser de la obra no significa destruir todo tu mundo anterior, ni destruir todos tus criterios anteriores. Para mí ser de la obra era mejorar, no ser sodomizado ideológicamente y clonarse con la masa. Supongo que en el fondo me echaron por esto, aunque no era una persona problemática, simplemente tenía criterio y pensaba, pero en ningún caso creaba follón. Cuando iba al centro me mimetizaba y en mi casa, hacía lo que yo quería bajo mi criterio cristiano de toda la vida y lo bueno que había aprendido en el opus. En la charla era sincero y prudente, sabía qué temas podía tocar y cuáles no, y jamás hubo enfrentamiento.

Cuando me echaron, me acogió mi amigo numerario, el que me cazó y me recomendó paciencia, y que estas cosas podían pasar y que no les tuviera rencor. Y seguimos siendo amigos.

Poco a poco, fui enfriando la relación con el opus dei, corté la aportación mensual, bajo la excusa de que si no quieren mi persona, tampoco quieren mi dinero. Y a otra cosa mariposa.

Mi relación laboral no se vio afectada ya que nunca quise trabajar con nada que tenga un corte ideológico. Por la medida prudente de no meter todos los huevos en la misma cesta.

Al tiempo fui ordenando toda la formación dada por la obra, cogí lo bueno y deseché lo malo. Tenía claro que si te echaban o dejabas la obra, no era ni que te excomulgasen ni apostatar. Era un instrumento de la Iglesia, en que si no funciona, utilizas otro. Y ya está.

POR ESO ME CUESTA COMPRENDER QUE UNA PERSONA SE DEJE FAGOCITAR TODO SU SER POR UNA INSTITUCIÓN, QUE ES UN INSTRUMENTO COMO TANTOS OTROS DE LA IGLESIA. OTRA COSA ES NACER FAGOCITADO.

Como la fagotización no utiliza los canales de la razón si no va por los canales del miedo, de la seguridad y de las emociones… me cuesta entender… ya que yo siempre uso el canal de la razón junto los demás canales. Aunque esto tenga sus pros y sus contras, ya que a veces, me cuesta soñar.

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