Una bendición del Padre y una motorizada escurridiza.- Nicanor
Fecha Wednesday, 16 September 2015
Tema 010. Testimonios


Cosa curiosa pero de gran valor humano. Recuerdo que un ex numerario me comentó:

 

-          ¿Tú has recibido alguna vez la bendición del Padre?

-          Sí. Cuando estuvo en Perú ¿Y tú?

-          Cuando estuvo en Bolivia. Dime… ¿Notaste algo raro?

-          Uhm… No. Le di un beso y me dio su bendición ¿Por qué preguntas?

-          Porque cuando estábamos en Bolivia, con un grupo de chicos de San Rafael, le pedimos su bendición. Nos pusimos de rodillas y… me atreví a mirarle a los ojos mientras lo hacía y… ¿Sabes?... Miraba al vacío. No nos miraba a nosotros.

-          Bueno, pueden haber varias explicaciones. Puede que el Padre goce de la “Visión Beatífica” como Jesucristo (nos reímos) o estaba cansado, o pensando en lo que tenía que hacer después. La verdad no fui tan fisgón como tú.

-          El caso es que, cuando mi padre estaba enfermo – terminal – le pedía su bendición cuando me despedía de él y ¡Era otra cosa!, ¡Me veía con cariño de padre!, ¡Podía sentirlo! Y, lo sucedido en Bolivia no fue así. Podían haber botellas de agua o piedras para bendecir, era lo mismo lo inerte con lo vivo.

-          Sí. No desestimo que el Padre se aplique mortificaciones tan tontas como la de no ver a sus hijos. Y te cuento una sucedida en Perú.

-          Soy todo oídos.

-          Hicimos trámites para que le asignaran custodia policial. Cuando iba en coche le precedían motorizados que le abrían camino. Sus “ángeles de la guarda” como se hizo con el Fundador en Argentina. El caso es que, entre los motorizados, una era mujer. Cuando se despidió de ellos a todos les daba un abrazo y un beso y – al llegar a la chica policía – se abalanzó para darle su respectivo beso y abrazo. Está claro que la anatomía masculina y femenina son distintas y más si eres motorizado porque los trajes son más ceñidos y se nota claramente… bueno, ya sabes. Yo conocí a la motorizada y ¡Vaya que se notaba a kilómetros que no era hombre ni con casco puesto! Menos mal que los “custodes” pusieron brazo por medio, lo detuvieron y le susurraron al Padre: “es mujer” y le extendió la mano. Los “custodes” sí la habían mirado e identificado su sexo.

-          Creo que tienes razón.

-          ¿En qué?

-          Parece que goza de la “Visión Beatífica” y no se percata del mundo real.

 

Nicanor

nicanor.wong@outlook.com









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