PITAR Y SALIR PITANDO. Para Gautxori, Pinsapo y otros.- Dionisio
Fecha Friday, 11 September 2015
Tema 040. Después de marcharse


Queridos amigos:

Me uno a Josef Knecht en el agradecimiento a Rescatado por sus dos últimas contribuciones a esta tertulia virtual. Me ha gustado mucho lo que escribe, creo que está muy ajustado a la realidad y me ha servido para entenderme mejor a mí mismo, que no es poco. Aplausos para Rescatado. Me uno igualmente a Pinsapo en el comentario a esa película y sus ideas adicionales. Podría estar disentir en algunos matices, pero en el fondo me gusta. En el lado oscuro hicimos muchas cosas buenas, pasamos muy buenos ratos, nos reímos hasta tener que correr a un lavabo. Todo eso es verdad. Todo eso contribuye a tener una imagen completa de la realidad que fueron nuestros años allí...



Me uno igualmente a Gautxori, aunque con varios desacuerdos más, aunque creo que en el fondo estamos de acuerdo en lo esencial. Comprendo que le pueda parecer un ejercicio muy curioso la investigación de los factores comunes que nos metieron allí dentro. Gautxori hizo seguramente un ejercicio de exquisita educación para abstenerse de decir que soy un tío muy raro,  como algunos otros, que me gusta revolver recuerdos dolorosos y tengo tendencia a la autoflagelación.

En lo que a mí respecta, para tranquilidad de mis amigos, informo que mi tendencia a la autoflagelación es nula o casi. Me quiero mucho. Más bien creo que me paso por el extremo contrario, soy lo que castizamente se expresa como un "viva la Virgen". Es decir, que me importa casi todo un rábano, me concentro en lo esencial para ser feliz, que la vida es muy corta. Y recomiendo a todo el mundo la misma filosofía.

En lo de ser raro, pues seguramente es muy subjetivo. Estoy convencido de que para muchos soy muy raro, pero eso es inevitable. También hay gente que me parece muy rara. Sin embargo, entre las pocas cosas que me importan, están los damnificados por "la cosa", nuestros camaradas excombatientes, sean raros o no. Soy un poco del tipo de aquellos que responden como un resorte al grito de ¡A MÍ LA LEGIÓN! sin importar que hace lustros que ya no llevo el "uniforme". He tenido la oportunidad de ayudar a algunos y me parece que es de las pocas cosas buenas que hago ahora en mi vida. Dentro de esa actitud se explica mi interés por entender qué es lo que nos hizo "pitar" y no "salir pitando" en cuanto vimos lo que estaba pasando.

En el estado actual de nuestra conversación entre A.Plaza, Rescatado, Josef Knecht, Pinsapo, Gautxori, posiblemente algún otro que se me olvida (tengo que tomar más ginkgo biloba), y muchos otros más que no han dado su opinión en este tema, podría decir que nosotros tenemos una cosa en común. Somos un subconjunto dentro del grupo de supervivientes del lado oscuro. Somos gente que nos hemos recuperado bastante bien, hemos logrado resistir a aquella experiencia sin cicatrices brutales y mal cerradas. Por diferentes caminos, hemos sido capaces de asimilar todas aquellas vivencias y reconstruir nuestras vidas razonablemente bien, sin mayores lastres. Eso especialmente lo demuestra el que seamos capaces de hablar de ello con cierta paz y objetividad. Y hasta incluso reírnos de algunas cosas. O muchas. Esa es la señal máxima de recuperación.

Pero no todos están así. Hemos tenido suerte, o algo así, para que nuestra vida discurra ahora con cierta "normalidad". Yo sigo en contacto con bastantes otros que no están en la misma situación. A lo largo del tiempo he ido tomando contacto con bastantes personas que compartieron conmigo muchas cosas en el lado oscuro. Personas de las que guardo buenos recuerdos y con las que me une algo que no sabría definir muy bien. Bueno… sí lo sé definir: les amo.

Sin embargo, mi relación actual con ellos es muy rara. No pueden hablar del lado oscuro. Viven en un estado perpetuo de "alegría" que me suena bastante curiosa, como si quisieran demostrarle a todo el mundo que están muy bien y parece que no se lo creen ni ellos. Cuando conversamos, me da la impresión de que nos conocimos casualmente en un crucero por las islas griegas o tomando café en un Starbucks. Hablan de mi auto, del suyo, de la pasta que ganan, de sus hobbies, de sus viajes, de comida, de bebida, todo muy condimentado con jajajas, jijijis y sonrisas de anuncio de dentífrico. Todo muy superficial, todo muy "higiénico", todo... con apariencia de fingido. Después de 20 años en el lado oscuro no te encuentras con otro de los “estupendos” para hablar así.

Seguramente están en mejor situación que aquellos cuyos psiquiatras todavía no pueden reducir la medicación, que también los hay. Pero hacer como que "aquello" nunca pasó, que todos somos estupendos y nos lo pasamos bomba todos juntos, tampoco me parece sano. Cuando me encuentro con los que están recuperados hablamos de muchas cosas, no solamente del lado oscuro, pero no lo evitamos. Nos lo pasamos muy bien, pero ignorar que fuimos compañeros de fatigas en "la cosa", con todo lo negativo y positivo del tema, sería, a mi modo de ver, enfermizo.

A veces, tengo la impresión de que estamos hablando de lo mismo, queridos amigos, pero nos puede pasar como a los ciegos de aquel cuento que trataban de adivinar qué cosa era un elefante mientras cada uno palpaba diferentes partes de la anatomía del paquidermo.

Por las razones que sean, me parece que para algunos de nosotros es valioso reflexionar sobre cosas de aquel pasado y de este presente, sin obsesiones, pero sin tabúes tampoco, con serenidad, con paz, con nuestra inteligencia colectiva, con nuestros corazones acompasados, con risas y sonrisas. Al mismo tiempo, respeto que a otros este tipo de conversación no les atraiga. Tiene que haber gente para todo.

Un abrazo muy grande para todos.

Dionisio, el Areopagita.







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