Nos manipularon más de lo que pensamos. Para A. Plaza.- Dionisio
Fecha Wednesday, 02 September 2015
Tema 030. Adolescentes y jóvenes


Hola A. Plaza,

Gracias por tu amable respuesta. Acepto la propuesta de que nos tomemos una cerveza la próxima vez que dé con mis huesos en Madrid. Cosa que no sé bien cuando sucederá, pero sucederá. De todas formas el mundo es muy grande y a lo mejor coincidimos en cualquier otro sitio.

Dices que estamos hablando de cosas diferentes. De lo que me escribes deduzco que estamos hablando de lo mismo, pero con diferentes intenciones. Es arriesgado ponerse a adivinar los propósitos de otra persona, pero me voy a atrever a suponer que tus intenciones van en la línea de tomar lo mejor que podamos de aquellos años que pasamos todos en el lado oscuro. Una de las cosas mejores que podemos recordar es a la gente con la compartimos tantas vivencias…  



Esa gente de quienes no podíamos ser amigos, porque "allí" las amistades estaban prohibidas. Nos dijeron que éramos más que amigos, éramos hermanas y hermanos. Eso de por sí (lo de la fraternidad) merecería una conversación aparte, pero ahora no toca. Con este propósito estoy completamente de acuerdo. Es más he tratado de practicarlo de la mejor forma posible. He buscado activamente tener contacto con todos los que he podido, especialmente con aquellos de los que guardo mejores recuerdos. Muchos otros eran "gente estupenda", pero prefiero mantener una distancia prudencial con ellos ya que los conozco demasiado. No siempre he encontrado correspondencia entre "los excombatientes". Algunos me ignoran, otros me evitan, otros mantienen una relación educada y distante, después de que durante años andábamos "a los panzazos", como dice una deliciosa expresión argentina. Lo bueno es que mantengo una relación entrañable con muchos otros, con los que ahora puedo practicar aquella fraternidad que me hubiera gustado vivir en el lado oscuro, incluidas las que llamaba “mis hermanas”.

En resumen, que si tu propósito es quedarte con lo mejor de todas aquellas relaciones que tuvimos en aquellos años locos, te apoyo incondicionalmente. Sin embargo, ese no era el propósito de mi escrito sobre la "gente estupenda". Estoy dispuesto a afirmar que el 90% o más de la gente que hubo, hay y habrá en el lado oscuro es estupenda, de la misma forma que son estupendos los casi cien integrantes de mi coro, las bibliotecarias de mi barrio, el que ahora está cruzando el aparcamiento con un paraguas en medio de la tormenta, el conductor del vehículo de correos que acaba de pasar ante la ventana, mi compadre gay, el encargado de la cafetería donde me he tomado mi dosis diaria y esa chica de pelo verde a la que ya no le queda un centímetro cuadrado de piel sin tatuar. O sea, que estupendos somos todos. De ahí venía mi pregunta sobre la definición de “gente estupenda.”

Eso, al fin y al cabo, es lo de menos. Démosle a quien queramos el título de estupendo, maravilloso o supercalifragiliístico, creo que me da igual. Hay otra cosa que no me da igual y que me parece que no he sido capaz de explicar bien.

En la novela de Ken Follet, "El Invierno del Mundo", aparece un personaje fascinante. Al principio me pareció que era una ficción imposible, que el autor se había salido de su norma realista para presentar un personaje inverosímil. Luego, conversando con otras personas, comparando con otras lecturas, reflexionando sobre el tema he llegado a la conclusión de que Erik von Ulrich está basado en un personaje real. El nombre es seguramente otro, pero existió una persona como él, o muchas. Erik es el hijo de un intelectual alemán, de una familia con buena posición e ideología socialdemócrata. Su madre es una aristócrata inglesa de ideas liberales, nacionalizada alemana por amor a su marido. Los nazis torturaron y mataron de una paliza al padre de Erik por defender sus ideas políticas opuestas al totalitarismo. Pero eso no impidió que Erik entrara en las juventudes nazis y luego fuera un activo miembro de ese mismo partido que fue el responsable del asesinato de su padre. Al acabar la guerra, Carla, hermana de Erik y muy activa en la resistencia antinazi haciendo espionaje para los rusos, fue violada y consecuentemente embarazada por soldados del ejército rojo, pero eso no impidió que Erik entrara en el partido comunista alemán.

Quede claro que no pretendo comparar estas brutalidades con el lado oscuro. El punto es que Erik, por algún motivo interno, por su peculiar personalidad, sin ser un malvado, que no lo era, tenía una inclinación inevitable a formar parte de esas organizaciones tan extremas, como el partido nazi y el partido comunista alemán de la postguerra. Una de dos, o quería formar parte de la organización que controlaba el poder, o le fascinaba la determinación, firmeza y autoritarismo de los partidos totalitarios. Nos guste o no, lo compartamos o no, lo comprendamos o no, hay gente que funciona así.

Mutatis mutandis, que, como todo el mundo sabe, significa "aunque no tenga nada que ver", se puede pensar que para perseverar en el lado oscuro hay que ser de una determinada forma, o al menos tener unas determinadas tendencias o inclinaciones, carencias y temores bastante específicos. Es algo parecido, supongo, a lo que Josef Knecht llama el psicograma. Yo coincido con él, en que si los científicos de la conducta humana hicieran un estudio a fondo de los que hemos pasado un buen tiempo en "el arma de destrucción masiva" encontrarían una cantidad de rasgos comunes, no todos estupendos, algunos incluso considerables como factores de riesgo. Los que pitamos y nos quedamos tanto tiempo, probablemente éramos carne de cañón para cualquier otra organización con características parecidas a la escribariana. Ponle el nombre que quieras, dale una finalidad religiosa, política, o educativa, pero estábamos muy influenciados por nuestro “psicograma”. No es que seamos mejores o peores, que tengamos defectos como cualquier mortal. Es que teníamos unas debilidades comunes que para el lado oscuro era muy fácil manipularlas.

Recientemente vengo siendo testigo distante de la historia de dos hermanas que conozco desde antes que nacieran. Una ha pitado, la otra no. Ha pitado la que siempre ha sido la "rarita", la que tiene menos amigas, la que está menos integrada, es más inestable, la que es menos flexible. Su hermana ha ido, igual que la numeraria, a todos los medios de formación imaginables de la labor de san Rafael, pero ésta tiene amigos, está integrada, sabe lo que quiere, nunca se la pudo considerar "rarita" ni en sus peores años de adolescencia. No está en mal plan, pero no pita, y no creo que sea por falta de presión de la que la trata. Su psicograma es diferente. Así de fácil.

Lo dicho, tenemos una cerveza pendiente. O más. No es bueno poner límite a esas cosas estupendas.

Un abrazo,

Dionisio, el Areopagita.







Este artículo proviene de Opuslibros
http://www.opuslibros.org/nuevaweb

La dirección de esta noticia es:
http://www.opuslibros.org/nuevaweb/modules.php?name=News&file=article&sid=23417