Cuando dejas de ser tú.- A.Plaza
Fecha Friday, 28 August 2015
Tema 060. Libertad, coacción, control


No sé si ha sido a causa de Soraya, pero se han removido demasiadas cosas dentro de mí. Este no es un artículo para ti, Soraya, es para “mayores”. Para todos los que un día dejamos de ser nosotros mismos. Nosotros no tuvimos esa mano amiga…

No sé cuándo empieza todo el proceso, pero yo diría que cuando te imparten las clases del B10. Una batería de cosas para vivir, te gusten o no, las entiendas o no, estés de acuerdo o no, se adecúen a tu edad y a tus circunstancias o no. Sin adaptarse ni a tu persona ni a tu personalidad. Un atropello en toda regla y, siempre, claro está, en nombre de Dios.

Luego viene la praxis, la ascética del Opus Dei. El tener cerrado el corazón con siete cerrojos, el elegir lo que menos te gusta por mortificación, el ponerte propósitos precisamente orientados a destruir tus inclinaciones, el reprimir tus emociones y sentimientos hasta que dejas de saber lo que sientes, la prohibición de pensar en ti, cuidar de ti, mimarte… El olvido de sí. Las consultas para todo y por todo. El dar las gracias cuando te hacen una absurda corrección fraterna, el sonreír cuando quieres llorar, el callar cuando quieres gritar. Esa obediencia ciega que tantos desastres ha causado en nuestras vidas y en nuestras almas: ¡Cuantos sacerdotes… cuya vocación procede de una reunión del consejo local!

No sé vosotros pero yo entré en la obra tomando el café con azúcar y salí tomándolo sin azúcar.

Eso es lo de menos, lo que más duele es que muchas veces sales sin haber estudiado lo que querías, sin haber trabajado en lo que querías, sin tener hobbies que te encanten, sin saber ni siquiera qué tipo de música te gusta, sin amigos, sin familia… En definitiva siendo alguien muy diferente a la persona que se hubiera desarrollado en ti, en una vida normal…

Entré con matrículas de honor y salí sin estudios universitarios y con el curriculum vitae a cero, gracias a alguien que eligió por mí, estudiar Ciencias Domésticas y trabajar en la administración. Os aseguro que no me dejaron elección.

Y una vez fuera toca encontrarse o descubrirse o aceptarse o cambiar lentamente, muy lentamente, porque no es fácil.

A todos lo que estáis dentro con una fuerte crisis de identidad y a los que, gracias a Dios nos fuimos y estamos en proceso de volver a ser nosotros mismos, mi más sincera comprensión, el mayor de los alientos y la mejor de mis sonrisas. ¡POSSUMUS!

A. Plaza









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