Hola Soraya,

Esta es la tercera vez que escribo aquí. A diferencia de la mayoría yo jamás pité y eso que lo tenía todo en contra: padres supernumeraries, hermanos y hermanas numerarios y supernumeraries... Todo. Lo insólito, repito, es que un tío como yo no pitase. Lo tenían a huevo. Te voy a contar lo que hice yo para acabar con el tema.

Mis padres me llevaron a mí y a mis hermanos a los clubes de turno desde los 10 años y lógicamente un día nos pusieron en la pista de salida (lista de san Rafael se llama). Después de meses de acoso y de un Retiro en el que me plantearon mi supuesta vocación (un timo) me harté de ellos. Me harté de sus presiones, me harté de que no respetasen mi criterio, mi libertad de opinión y de elección, me harté de sus continuos chantajes morales, porque son chantajes morales.

Esta gente se erige en Dios para encalomarte una vocación tan falsa como una moneda de madera. Así que me acerqué una tarde al club, recogí cuatro libros que tenía en la sala de estudios y ¡adios muy buenas! No volví. Me llamaron y les decía que no tenía nada que hablar con ellos. Obviamente mis padres me preguntaban por qué no volvía al club y les contestaba que con tanta tontería no tenía tiempo para estudiar y estar con mis amigos, estar en "medio del mundo". Hice lo que me pidió el corazón y no me equivoqué. Sé valiente.

Uhuru