Estimado Job,
He leído con mucho interés tu libro El Ogro Cariñoso. Pienso que un comentario detallado está fuera de lugar, pero sí quiero comentar y agradecer algunas de las ideas que más me han gustado. En general, todo aquello que tiene que ver con el fraude espiritual del que fuimos víctimas: los grandes ideales; “cursum sanctitatis” (énfasis en método sin libertad para “alcanzar” la santidad); el plano inclinado para subir al Olimpo (inexplicable de otra manera cómo pudimos llegar hasta donde llegamos); importan más la eficiencia del “proceso productivo” de santos que las personas; sacralizaciones e idolatrías; esclavitud de la conciencia, cadenas mentales, despersonalización; etc. Muy especialmente tu análisis sobre los “preceptos positivos”. Los capítulos finales, “La voluntad de Dios”, y los dos siguientes que lo recapitulan todo. Me he sentido identificado con muchas de las experiencias que relatas, y eso que yo entraba aproximadamente en los mismos años que tú salías.
En cuanto a los aspectos históricos, sin embargo, algunas de tus conclusiones no me convencen. Estoy de acuerdo en que no se sostiene la versión oficial en multitud de sucesos clave en la vida de Escrivá. Pero tus explicaciones tampoco me parecen totalmente convincentes. Por ejemplo (sólo menciono el que me parece más importante), cuando explicas los motivos de Escrivá para ir al seminario y ordenarse (apartado 6.4), es decir, para estudiar Derecho en Zaragoza aprovechándose de lo eclesiástico: lo que no me cuadra es que al final resulta que sólo comienza a estudiar en la universidad civil en su último año de seminario, y además va como alumno libre, estudiando en verano. ¿Por qué necesitaba trasladarse a Zaragoza para seguir este plan? ¿No hubiera sido más fácil hacer lo mismo desde Logroño? Jaume García Moles publicó hace dos años un estudio histórico de los años 1917-1936, y ahí se sostiene más bien la tesis contraria (entregas 11 y 12): que ciertamente se trasladó a Zaragoza para aprovecharse de la influencia de su tío y hacer carrera eclesiástica, pero que lo de estudiar Derecho no fue determinante del traslado. Estas precisiones históricas son importantes en la medida en que son la base para comprender el fenómeno espiritual, como tú mismo argumentas repetidamente.
En todo caso, reitero mi agradecimiento por tu trabajo, que me ha servido como auténtica lectura espiritual durante las vacaciones, y lo recomiendo a otros lectores. Tu visión de la espiritualidad cristiana como algo que esencialmente no puede encerrarse dentro de un método coincide sustancialmente con la mía. Es más, esto es en realidad lo que ocurre con cualquier crecimiento personal libre y responsable.
Recibe un cordial saludo,
Daneel
