Para mantener la salud mental, mejor mantenerse lejos del Opus Dei.- Poiuy

Hace unos meses, escribí mi "Experiencia en un Colegio Mayor del Opus Dei", y quiero escribir la segunda parte para seguir desahogándome. He hablado sobre ello con más gente y he investigado por mi cuenta y cada día tengo más claro que lo mejor para la salud mental de una persona es mantenerse lejos de esta secta...

No hay palabras para describir a esta institución. Cuando a una persona ajena le hablas sobre el Opus, le vienen a la cabeza simplemente cosas como “ultracatolicismo”, “buena posición económica” o “muchos hijos”. Pero es muchísimo más que todo esto. El Opus es como el agujero negro de la sociedad, una secta que lava el cerebro a sus integrantes y como si fueran vampiros les enseña a cazar personas, a las que “engulle”.

Estos numerarios son personas que viven siempre en centros del Opus Dei, donde conviven exclusivamente con personas de su mismo sexo. Los hay de varios tipos; y unos de los más comunes son los Colegios Mayores y Residencias Universitarias, donde estuve yo. Estos lugares tienen un doble objetivo: a la vez que son una pequeña empresa, ya que dan alojamiento a universitarios, ponen en contacto con el Opus Dei a gente que no pertenece a él para hacer así más fácil el proceso de caza. Es fuerte tener que decirlo, pero es como si estos numerarios no fuesen personas. Bajo las apariencias de una persona aparentemente “normal”, está un robot programado por la Obra que vive por y para ella.

Cuando llegas al colegio y conoces a esta gente, te caen bien. Son muy amables y acogedores contigo, son encantadores. Pero cuando llevas un tiempo conviviendo con ellos, eso cambia. Se podría comparar a estas personas con esos fresones rojos, hermosos y apetecibles, que al principio te agradan cuando los ves, pero cuando los vas a comer te das cuenta de que están insípidos, “vacíos”. Que el agrado que te produce estar con estas personas no va más allá de la apariencia del primer día. Estas personas no saben lo que es tener amigos ni grupos de amigos, ya que en el Colegio no ves amistades particulares entre ellos.

Esto es difícil de explicar; son personas a las que les falta algo. Les falta la espontaneidad que tenemos las personas por naturaleza. Les falta naturalidad. Estas no tienen libertad. No tienen iniciativa, su vida es completamente rutinaria y prácticamente no toman decisiones, ya que la Obra las toma por ellos. Es como si ellos siempre supieran qué hacer en cada momento, porque la Obra hubiera contemplado todas las situaciones que se puedan dar en cada momento; y por lo tanto les faltara la alegría de la vida. Nunca toman decisiones que para el resto de la gente son completamente normales, como “Hoy como con mis padres”, “Javi, te invito a tomar algo”, “Igual voy a pasar unos días al pueblo”, etc. Deben permanecer en el colegio el mayor tiempo posible, y no tener casi contacto con gente ajena a él. Sé de un caso que dos amigos de un numerario vinieron a verle al colegio desde la otra punta de España, y claro, los amigos no iban a comer en el colegio porque no lo tenían pagado, así que se tenían que ir a un restaurante; y él en lugar de comer con ellos en el restaurante se volvió a comer al colegio y les dejó tirados. No se pueden ir de vacaciones por su cuenta, solamente viajan si participan en las excursiones y viajes que organiza el colegio, siempre con otros numerarios y estudiantes (sólo hombres) y nunca con gente ajena.

Si una persona normal queda con un amigo, lo normal es que vaya a tomar un café o a dar una vuelta por la ciudad. Al contrario, esta gente traería al amigo al colegio y le invitaría a dar una tertulia. Y, claro, ellos esperan de ti que si estás alojado allí lleves ese mismo tipo de vida. Pero realmente no te van a decir nada claro, aunque se percibe cuándo algo les gusta y cuándo no. Se percibe que no les gusta que aún viviendo en un Colegio Mayor del Opus lleve vida de persona normal. Se percibe que no les gusta que pase un fin de semana fuera. Que cene fuera. Que quede con mis amigos de fuera del colegio. Y cuando algo que has hecho les parece mal pero no te lo pueden decir directamente, te lo dicen de broma. Esto me parece totalmente desconcertante: que algo que de verdad piensan y no se atreven a decirte, te lo digan igual pero de broma. Pero cono dice el refrán, “entre broma y broma, la verdad asoma”.

El Opus es, además, una secta elitista llena de postureo. Aunque es común ver a la gente del Opus haciendo obras de caridad, viajando a África a ayudar a dar de comer a niños desfavorecidos o colaborar en comedores sociales, no lo hacen porque de verdad les haga sentir bien ayudar a los demás sin recibir nada a cambio; sino por pose, porque da mucho glamour decir que vas a África a contribuir a erradicar la pobreza. Y sin embargo, menosprecian a la gente de barrio, a la gente con menos clase que ellos, a la gente que lleva camiseta en lugar de camisa. Cuando te ven por primera vez, aunque parezca que no, te examinan de arriba a abajo y te clasifican según tu estatus social, raza, sexo, etc., y desde entonces te juzgan conforme a ello porque debajo de la apariencia de unas personas pacíficas y caritativas se esconden verdaderamente unos intolerantes racistas, clasistas y machistas.

Pero no es sólo esta forma de ser tan intolerante, artificial y calculada. Es el ambiente cargante en el que se vive. Absolutamente TODO lo que hacen, TODO lo que te dicen, va con alguna segunda intención, con algún interés oculto, TODO. No hacen nada porque sí. Es un ambiente de continuos secretos, susurros, indirectas, cosas inexplicables, dobles sentidos y temas tabú con el que te pueden llegar a hacer sufrir mucho si no “entras por el aro” y haces lo que quieren.

No recomiendo a nadie tener ningún contacto con el Opus Dei, especialmente a las personas que tienen menos personalidad y acostumbran a dejarse llevar por los demás; ya que el Opus va directo a por este tipo de gente porque es más fácil para ellos.

Poiuy