Familia numerosa y rica.- La última de la fila
Fecha Wednesday, 17 June 2015
Tema 120. Aspectos económicos


Hola a todos.

            Pienso que tiene toda la razón Gervasio cuando dice que no hemos sido padres o en mi caso, madres de familia numerosa y pobre, sino mas bien, hijos. Yo añadiría algo más, pues creo que hemos sido hijos de familia numerosa y "rica".

Generalmente, con honrosas excepciones, los ricos, los pudientes, aquellos que tienen mucho dinero en los bancos y en paraísos fiscales, son más agarrados que un chotis, no sueltan un euro ni a tiros. Por el contrario, y también de forma generalizada, aquellos que tienen menos, son más capaces de compartir y de hacer un esfuerzo cuando alguien de su entorno familiar o amigo tiene necesidad de ayuda. Hoy en día, sin ir más lejos, hay muchas familias que en España viven de la pensión de sus mayores.

El Opus Dei, no es precisamente pobre, sino más bien todo lo contrario, con lo cual le resulta un poco difícil o más bien imposible, soltar dinero, como a la mayoría de los ricos. Los hijos de la familia opus están o hemos estado para llenar sus arcas y para vivir con lo justo, a veces con menos, por aquello de la pobreza.

Una vez, necesité dinero para que mi madre se pudiera operar. No podía esperar a que lo hiciera por la Seguridad Social porque le daban un plazo de operación superior a ocho meses y los mismos médicos que la trataban le decían que si no se operaba en ese momento se podía morir. Pues bien, con el presupuesto en mano de la medicina privada, me fui a pedirles el dinero a mis directoras. Su respuesta fue que no podían costearle a mi madre una operación privada, porque la obra era muy pobre y porque no podían, ayudándome a mí, dar un mal ejemplo a las demás sentando este precedente. Añadieron que en la obra no se usa la medicina privada. Así pues, había acudido a una familia a la que según ellos me unían “lazos más fuertes que los de la sangre” y me encontré con un rotundo NO por respuesta. La única solución que me dieron fue la de esperar y rezar.

Recé pero no esperé. Sin pedirle permiso a nadie, al día siguiente de recibir la contestación de mis directoras, me fui a mi centro de trabajo y expuse mi problema, solicitando un préstamo por la cantidad que me costaba la operación. A los dos días tenia el dinero en mi cuenta corriente, dándome además todas las facilidades del mundo para devolverlo. Sin comentarios. Nunca lo olvidaré ni dejare de agradecerlo.

Fue la primera y única vez que pedí dinero a la obra y lo hice para salvarle la vida a mi madre. Teniendo en cuenta que entregaba todo mi sueldo, que me daban una cantidad bastante pequeña para vivir quedándose ellas el resto y que de ninguna manera las agregadas podíamos ahorrar, me pareció justo y normal, ante una circunstancia excepcional solicitarles ese dinero que por otro lado era mío, pero ya veis, la respuesta fue NO.

A la semana de que en mi trabajo me concedieran el préstamo operaron a mi madre. Mandaron las directoras a medio centro para que me acompañara, haciendo turnos para que no me quedara sola. Pensé en la incoherencia de aquellas personas. Una semana antes no tenían inconveniente en que mi madre se muriera puesto que no estaban dispuestos a soltar un duro para que se operara y en esos momentos se partían el culo (con perdón) por no dejarme sola cuidándola. Las eché a todas, con toda educación, eso sí. No quise su compañía, les dije y era verdad, que estaba muy acompañada de amigos y familiares y que mejor que se fueran a hacer otras cosas.

Lo mejor de todo esto es que cuando empecé a pagar este préstamo me "olvidé" totalmente de las muchas facilidades que me dieron para devolverlo en mi trabajo, y decidí que cada mes pagaría la cantidad que solía quedarse en el centro después de darme lo que ellas consideraban oportuno para vivir. Con lo cual, durante mucho tiempo no vieron un duro de mi nómina.

Nuestro santo preferido no daba un real por la salvación eterna de aquellos hijos suyos que se marchaban de la obra. A lo peor este "pobre" señor no leyó aquella parte del Evangelio de Jesús en la que dice que es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja a que un rico entre en el Reino de los Cielos.

Que Dios nos ayude a todos en especial a aquellos que siguen estando más ciegos que el de Jericó.

Un abrazo a todos especialmente a Agustina.

La última de la fila









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