Las vacaciones.- (Cap.2 de 'Toma y daca').- Flanpan
Fecha Wednesday, 14 July 2004
Tema 100. Aspectos sociológicos


Estimados Orejas,

Os envío un segundo capítulo de Toma y Daca. Admiro y agradezco vuestro trabajo. Gracias a vosotros, cada mañana llego con ilusión al trabajo: tengo ganas de abrir la web y leer los correos del día anterior.

Abrazos,
Flanpan



LAS VACACIONES


Cap.2 de 'Toma y daca'
Enviado por Flanpan el 14-7-2004


En la Casa no hay vacaciones. De hecho, ni el mismo Satán se las toma. Pero las tres semanitas al año de dedicación al cultivo de la ciencia filosofoteológica, pueden muy bien llamarse vacaciones.

Recuerdo que algún año incluso era posible elegir destino turístico. Venía una hojita con diversos "cursos anuales", con indicación de las asignaturas que se cursaban en cada uno, las fechas y los lugares. Y como si fuera Viajes Halcón, podías hacer tu reserva. Por venir, creo que hasta venía el precio...

¿Y cómo eran las "vacaciones"? Pues como todos sabemos, solían ser magníficas. Muchas de las casas eran como esos Paradores Nacionales españoles: Molinoviejo, Islabe, El Rubín, Elorrio, La Lloma, un Chateau francés, una mansión italiana al borde del lago. Con mucho rancio abolengo, esplendorosos jardines, soberbias piscinas, canchas de tenis, frontón y campo de futbito. Faltaban las caballerizas, eso sí: ahí el tema hacía aguas. Pero bueno, ya sabemos que los caballos traen moscas.

El plan diario era variable. Algunas veces tenías clases hasta por la tarde. Otras veces el ángelus lo rezabas ya en la piscina. Lo normal es que hubiera bastante tiempo para el esparcimiento. Comías bien. Dormías bien. Y un día a la semana había excursión.

Las excursiones merecen capítulo aparte. Los días previos se "maquinaban" los distintos destinos. Había que moverse rápido, o te quedabas en tierra. Siempre había algunos planes apetitosos y otros soporíferos. Entre los primeros estaban ir de pesca en el barco de un amigo (peazo de yate); ir a montar a caballo a una escuela de equitación; volar en avioneta; hacer barranquismo o montañísmo con un numerario que se decía experto; ir a tomar marisco a Sanlucar y tostar la tripa al sol en la playa; acudir a un barbacoa a la finca de un cooperador en la que había de todo. Entre los segundos planes estaban: los que se hacían sin disponer de coche; los que consistían en ir a visitar piedras (monumentos, digo) y comer los bocatas en un parque al sol; los que consistían en quedarte en la casa y comerte los bocatas en la piscina.

El secreto de unas buenas vacaciones estaba en arrimarse a un buen árbol. No bastaba elegir un buen destino. Lo fundamental era tener unos buenos compadres. Yo tuve la suerte de disfrutar bastante en las "vacaciones anuales". Me tocaron buenas excursiones. Buenos compadres. Descansé. Visité muchos lugares. Hice planes divertidos. Asistí a shows de muchos kilates, con gentes tipo Satur (bueno: casi, casi). La verdad es que en esas tres semanas de vacaciones se vivía como un rey.

¿Y ahora? Pobrecito de mi. El que tiene su propia empresa, no tiene vacaciones. Trabajas y trabajas, y nadie me viene en mayo con una lista de destinos para pasar tres semanitas de agosto. Además tu mujer y tus hijos hacen que no puedas elegir lo que a ti te gustaría: debes elegir lo que a todos convenza. ¿Descansar? ¿Dormir? Con los niños pequeños (suelen ser así hasta que se hacen más grandes) las "juergas nocturnas" están aseguradas. ¿Tres semanas seguidas? Ni de broma: con empalmar dos semanas, ya vas contento.

Y tan contento. Me quedo con mis vacaciones de ahora. Mis dos semanitas bien pegadito a los míos. Un año a la playa. Otro a la montaña. Port Aventura, Disney. Las caras de mis niños al ver a Donald. Los días que pasamos con los abuelos. Pisar bien el suelo. Estar de verdad en el mundo. Dormir en un parador auténtico. Pasear de la mano con tu chata mientras los niños se pelean a tu alrededor.

Y lo mejor de todo: cuando sacas el papel con la lista de excursiones (os acordáis que siempre salía con las mejores excursiones "ya completas"), no tienes miedo a que el plasta "Don Criterios" se apunte a tu coche, y te arruine la excursión. En mi coche solo van de excursión los míos.

Bon voyage.

(continuará)






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