En política se nota cuando una persona tiene una “agenda” predeterminada. Quisiera pensar que la entrevista de Fazio ha sido lo más transparente y clara de la “nueva imagen” que trata de presentar el opus, nada menos que a una publicación que todos conocemos que nunca ha entrado oficialmente en los centros del opus por su tendencia de izquierdas, liberal y anticatólica como es El País. Más de un aviso me acuerdo haber leído o escuchado en los círculos breves sobre la “conveniencia de no leer ni fomentar esa publicación.
Digo que me gustaría que no tuviera “agenda” esa entrevista pero sabemos que es imposible que así sea. En primer lugar porque el único que puede hablar de cambios o nuevas tendencias es el prelado, es el único que tiene esa autoridad a menos que el vicario general lo haga a cita expresa del prelado, cosa que no es así, lo habría dicho claramente. Se habría notificado a los centros los cambios aprobados por la Santa Sede al ”IusPeculiaris” de la prelatura, cosa que nunca ha pasado a pesar de las distintas versiones del catecismo de la obra que sí han modificado la práctica y que nunca han contado con dicha aprobación, simplemente porque nunca se hapedido ni notificado de dichos cambios a la autoridad competente.
También porque sabemos muy claramente que la obra es elitista desde su nacimiento y de pronto decir que el utilizar esa terminología es una visión burguesa, suena a “gato encerrado” pues basta ver dónde tiene puestos sus reales Fazio y es nada menos que en uno de los barrios más burgueses de Roma como es El Parioli y ese barrio fue escogido expresamente por el fundador cuando no tenía “ni en dónde caerse muerto”. O donde se encuentran las comisiones regionales de España: Barrio de Salamanca, Estados Unidos nada menos que en La Gran Manzana, Buenos Aires… y así podríamos seguir con cada país. Siempre se han buscado los mejores emplazamientos, no de cara a la autoridad eclesiástica, a la que le tiene sin cuidado dónde se encuentran sino de cara “al mundo”.
Tampoco ha cambiado el enfoque de las llamadas “labores sociales” del opus. Buena parte de ellas son para dar el pego, la apariencia de que se hace algo por los pobres, para quedar bien con Francisco. Todos lo sabemos. Basta recordar la finalidad de las llamadas “visitas a los pobres de la Virgen”, a dónde se va no para solucionar un problema de pobreza extrema, en muchas ocasiones, sino para fomentar la generosidad del chic@ y se entregue a Dios en su obra aunque el pobre se esté muriendo de hambre. Basta ver cómo viven y son tratados los agregados, siempre como una “vocación de segunda clase y no digamos las “numerarias auxiliares” como nos lo hacía ver hace unos días Lau en su carta desde Uruguay. En fin, como siempre, una tomadura de pelo que intenta serlo por todo lo alto. Ya podían haber hecho esa entrevista en el ABC y habría sido otra cosa… En fin, se nota que esa entrevista tiene “agenda”.
Desde “La otra orilla”
