Quisiera compartir con ustedes la correspondencia que tuve con un numerario mayor, es decir, que conoció a San Josemaría. Me escribió con motivo de comentarme que la crisis del Opus Dei proviene de la incompetencia de Directores que la gobiernen y la mala gestión del actual Prelado. Preguntó mi opinión sobre cuál era el aspecto medular que debía cambiarse en la institución y le respondí. Ciertamente, no le agradó lo que leyó y… ya no comentará nada conmigo. Lo importante de todo esto es la reacción que provocaron mis opiniones sobre una persona con tantos años dentro y firmemente convencido de su vocación aunque ya no siga las reglas escritas por Escrivá. Haré un resumen...
1. Yo: El Opus Dei no es una intervención de Dios en la historia de la Iglesia. Es tan Opus Dei la fundación de los Jesuitas, Franciscanos, Dominicos… el hecho que Escrivá empleara el verbo “ver” la Obra es tan similar a “me sentí movido”, “inspirado”, “en la necesidad de”…. Que emplearon otros fundadores.
Respuesta.- Conocí a San Josemaría. En verdad fue la persona elegida por Dios. Decir lo contrario es contradecir a la Iglesia.
2. Yo: Se ha de desmitificar la figura de Escrivá. Si bien Dios pudo haberle revelado algo, sus limitaciones humanas le condujeron a interpretarlo de modo erróneo por lo que la Obra debe ser corregida. Escrivá no es un hagiógrafo y el Catecismo de la Obra no es un cuarto Evangelio. No es válido que los biógrafos oficiales mencionen tres videntes que dan fe que Dios intervino en la historia del mundo y menos mencionar a Sor Lucía de Fátima cuando la única versión de esta afirmación proviene de la Prelatura y no de otra fuente.
Respuesta.- La Obra es, en verdad, hecha por Dios y escrita por Él. Escrivá fue su instrumento fidelísimo con la gracia suficiente para transcribirla tal cual Dios la quiso. No hay nada qué corregir. La llamada a la santificación a través de la vida ordinaria es un re descubrimiento de Escrivá y que guió el Concilio Vaticano II.
3. Yo: No se puede atribuir al Opus Dei el concepto de la “llamada a la santidad a través de lo ordinario” sólo porque las biografías oficiales o libros impresos por la propia Prelatura lo afirmen. El panorama tiene que ampliarse. La llamada universal a la santidad no es copyright del Opus Dei.
Respuesta.- No soy un tonto. Está claro que, en lo que sé de historia de la Iglesia (es licenciado en Teología, Filosofía y pariente de Premio Nobel), la propuesta de la Obra es totalmente novedosa y única: algo que permaneció oculto durante siglos para la Iglesia y fue descubierto y evidenciado por Escrivá nuevamente. Fue tal el impacto que causó que le tildaron de hereje. Ahora, la Santa Iglesia lo ha reconocido y tú estás cercano a la herejía al afirmar lo contrario. Me parece que nunca has podido entender qué es el Opus Dei, nunca has podido gozar verdaderamente del amor de Dios ni rezar y meditar lo que es la Obra.
En resumen, si bien el Opus Dei emplea términos distintos que enriquecen la historia eclesial, es lamentable que la influencia que ejercen los constantes medios de formación sobre los fieles y la ausencia de libertad para investigar en otras fuentes que no sean las oficiales o las que la Obra proporcione, cierre el espectro de un investigador.
Resulta sumamente intrigante que, una persona que rechaza el modo de vida impuesto por Escrivá para los numerarios, se declare tan leal a él. Lo sé porque lo he vivido: la espiritualidad de la Obra provoca esquizofrenia. Si no te vuelves esquizofrénico o te enfermas psiquiátricamente o tienes que quitarte la vida o tienes que abandonar esa institución. No es novedad que una persona brillante pueda ser manipulada y engañada. Creer que a Escrivá lo tildaron de hereje por difundir la llamada universal a la santidad es no entender con claridad el modo cómo nace el Opus Dei y proclama su “mensaje revelado por Dios”. Sí se produjeron algunos y pocos hechos de violencia contra el Opus Dei durante su fundación, pero se ha de profundizar en el modo cómo Escrivá y los primeros de la Obra hacían proselitismo y difundían el mensaje “revelado” para entender por qué – sólo una España convulsionada – se produjeron de ese modo los hechos.
Considero muy serio que se tenga a Escrivá por un “iluminado” y el Opus Dei como una “revelación” destinada a re orientar la vida de la Iglesia. Me da la impresión de ser una religión en sí misma y de allí su fuerte carácter sectario. Espero equivocarme pero el hecho de haberse creado una figura canónica como Prelatura Personal, con un presbiterio propio y otras atribuciones y guardar una serie de documentos de gobierno no aprobados por la Jerarquía de la Iglesia la convierten en una institución con altas posibilidades de ser cismática. Pero, el problema real y tangible, es que los fieles que aún quedan dentro de ella, sufren y padecen, enferman y mueren, por una espiritualidad malsana (“si no entiendes la Obra es porque nunca has gozado del amor de Dios”) que clama una reforma.
Nicanor Wong Ortiz
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