Índice de perseverancia.- JaraySedal
Fecha Wednesday, 08 April 2015
Tema 010. Testimonios


Me interesan las palabras de Heraldo en su escrito "Nos robaron la vida" (6-4-15) cuando afirma poco menos que cualidades extraordinarias o circunstancias especiales en el abandono del Opus. Desde luego, no es mi caso. Hace más de cuarenta años y lo cuento tal y como lo recuerdo hoy, que tampoco es al detalle. Desapasionadamente, porque fue una experiencia tan breve que no soy un gran damnificado. Incluso, creo, el Opus me aportó alguna cosa positiva, como disciplina y orden en el estudio. El abandono de la práctica religiosa también se lo atribuyo a ellos, aunque nunca fui especialmente religioso. Ahora bien, no sabría especificar si eso es negativo o positivo. También perdí años preciosos de la adolescencia para un trato normal con el sexo femenino (estudié en un colegio de curas)...

Habiendo pitado también con 14 años y medio, con 17 y unos meses solicité ya formalmente la desvinculación del Opus al director de mi centro y me vi incurso en el juego del poli bueno y el poli malo entre el sacerdote (por lo menos aparentando interés y comprensión) y el director, quien no aceptó mi solicitud y me acusó de lo que se cuenta habitualmente en estas líneas (egoísmo, falta de obediencia y demás humillaciones: muy desagradable ese individuo; mal rayo le parta) durante unos cinco meses, cosa rara en mi caso, pues es contradictorio con que se demoraran en los pasos formales de la Opus (lo que me incomodaba bastante por comparación con otros numerarios ), aunque quizás exista explicación en la proximidad familiar de algún pitable o ya pitado entonces (como dije hace decenios de esto), no fuera a perjudicar su vocación. Probablemente, me estuvieran simplemente utilizando y mi caso les importara una higa. Que aguantara tanto tiempo el trajín entre el sacerdote y el director es prueba de que la Opus me había inculcado la pertinencia de mi vocación y la gravedad que suponía abandonarla. De hecho no lo hice hasta que obtuve formalmente el consentimiento del sacerdote (formalmente quiere decir verbalmente, nada por escrito). Me fui de mutuo acuerdo. Realmente, debería haberme ido sin más, pues los del Opus no son vínculos jurídicos exigibles.

Por mi experiencia personal, no comparto las palabras de Heraldo ( “sólo unos cuantos muy inteligentes descubren con lucidez las incongruencias del sistema, aunque muchos las entrevén (…) Uno puede estar muy mal en la Obra, pero uno no se va hasta que se enamora de alguien” ). Con relativa frecuencia se leen en estas páginas expresiones semejantes a los comentarios de Heraldo, quizás como disculpa por los muchos años pasados en la Obra, por la mayoría de los que aquí escriben.

No es mi caso. Tengo claro que la llamada “vocación” se me inculcó y que se aprovecharon de la vulnerabilidad de mi edad y de mis circunstancias personales. Me vi envuelto en un círculo de afecto y consideración por mis iguales que me empujó casi sin quererlo a escribir la carta al llamado Padre. Igualmente me explicaron después que tenía que hacer una serie de pasos, pero que eran simples formalidades, y aquella carta pidiendo la admisión me vinculaba para toda la vida.

Del mismo modo me vi sometido desde el principio a todas las prácticas, religiosas para ellos, que se explican en esta web, a todo el adoctrinamiento. Convencido estaba de su bondad. Como prueba, en parte por mi culpa (con mi mediación e iniciativa, aunque rápidamente suplido por socios más experimentados: las tonterías que les diría) pitaron dos personas. Según tengo entendido, a una le señalaron el camino de salida, por no ser eficiente en los estudios. La otra sigue. Que Dios, si existe, me perdone.

Mi decisión de dejar el Opus no fue fruto de ninguna meditación lúcida sobre las incongruencias del sistema ni de ningún enamoramiento (aunque poco después empecé a salir con una compañera de universidad - mi primera relación - y mi gusto por las chicas fue una de las razones que seguramente coadyuvó a que tomara esa decisión).

Mi abandono del Opus fue fruto simplemente de una inspiración que tuve en un centro de Valencia mientras estaba haciendo un curso de verano, una inspiración que se convirtió en una obsesión, alimentada por la oposición antes contada. Fue un pensamiento espontáneo, instantáneo, sin mediación de persona física alguna. El pensamiento simplemente decía: "no tienes vocación al Opus Dei". Y en el que también influiría la demora en formalizar los pasos de que doy cuenta más arriba. Si fuera Escrivá atribuiría este pensamiento a algún barrunto de origen sobrenatural y lógicamente me tildarían de loco (podría adornarlo diciendo que me encontraba subiendo unas escaleras mientras me iluminaba una tenue luz solar que penetraba a través de una vidriera).

No creo sea menester una especial inteligencia para percatarse que la Opus no es lo tuyo, ni que el abandono sea fruto de la comprensión de las incongruencias del sistema Opus. No es la razón sino el sentimiento lo que en mi caso me indujo a dejar el Opus. Del mismo modo que el sentimiento me indujo a escribir la carta a su Padre.

Comprendo que después de pasar muchos años en el Opus sea una necesidad vital justificar tantos años perdidos y parte de esa justificación sea atribuir cualidades especiales a quienes abandonan temprano.

Por eso, me interesa esencialmente una cuestión para no considerarme un caso particular (no lo soy en ningún caso) y me dirijo a los lectores de esta página: ¿cuál es el porcentaje de perseverancia pasados tres años o antes computados desde la petición de admisión?; ¿y a los seis o antes?. Y así, sucesivamente. ¿Se podría representar en un eje de ordenada y abscisa?. Seguramente, en el Opus llevan estadísticas no oficiales. Podría denominarse “índice de perseverancia” y sería un indicador muy útil. Es una simple curiosidad. Tampoco me va nada vital en ello.

JaraySedal 

P.S. Ahora mismo, después de escribir toda esta parrafada, acabo de ver en el buscador de Opuslibros que lo del “índice de perseverancia” ya lo inventó el propio Opus, que lleva su contabilidad. En fin, lo que les interesa es la estadística, que el saldo sea positivo. En cualquier caso, tengo curiosidad en los datos, aunque no sean los oficiales.







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