Recios nubarrones pardos.- Zartan
Fecha Monday, 30 March 2015
Tema 010. Testimonios


Y no se despeja el cielo de mi selva, es más, parece que todavía se sigue cerrando. El otro día me vino a la memoria algo que leí hace milenios “bruñó los recios nubarrones pardos la luz que s''agachó en un cerro” es un trozo del “Miajón de los Castuos”, para entendernos es algo así como nuestro mas cercano “Martín Fierro”. Pero los nubarrones de mi selva han pasado de pardos a un color más parecido al sobaco de grillo: negritos negritos.

¿Qué ha pasado? Pues que comentando con otro naufrago de la zona lo del padre Danilo, no solo no me he sentido mejor (que era lo que pretendía) sino que me ha hecho ver el tema como endémico y eso me ha deprimido más.

En mis últimas aportaciones a este sitio, sois testigos de mis quejas a un amigo (cuyo nombre no puede decirse aquí) sobre el porqué se trata tan mal a personas significadas que han dado su vida por el montaje. ¿Que es lo que les ha pasado para que no cuiden de sus viejos y pre-viejos? Antes se hacía o, por lo menos a mi me tocó hacerlo ¿qué ha cambiado? ¿no era fundacional eso de cuidar de los enfermos? ¿no eran un tesoro?

Eso por un lado y por otro me hizo ver que no es un caso aislado repasando los amigos comunes que habían muerto de forma digamos sorprendente o habían llegado a una situación límite: Juanjo Martí, Antonio Rico, Antonio Ruiz Retegui, Juan Galvez y -dulcis in fundo- Raul Lanzetti. De este último ni siquiera sabía que había muerto por lo que fue doblemente golpe (estoy un poco desconectado de la prelatura por lo que ni sabía de su regreso ni de su muerte).

A estas alturas de la conversación ya los nubarrones pardos habían empezado a dejar caer sus rayos y sus centollas. El náufrago amigo me comentó que, a su regreso, Raul había dejado de ser una persona brillante y divertida para convertirse en un ser plano y gris. Mientras hablábamos de Raul y del entierro del padre Danilo (al cual -sorpresa- asistió el padre Fernando Miguens) mi imaginación saltaba de un lado a otro y pasaba desde l''abbè Serge (actualmente -creo- aparcado en Madrid) a la información que me habían dado sobre la muerte de Juan Galvez (teóricamente a causa de una aspirina que le había producido una hemorragia interna).

Mi pensamiento es el siguiente: si dos desgraciados náufragos conseguimos hacer una discreta lista de curas numerarios fundidos con los que hemos convivido y entre los cuales hay -al menos- dos muertes que, si no las calificamos de suicidio no sé cómo las podríamos etiquetar ¿qué es lo que está pasando a nivel global? Ojo, solo hemos hablado de curas numerarios con los que los dos hemos convivido y si los sacerdotes en la prelatura no son mas del 2% (o eso decían) ¿qué estará pasando con el restante 98%? ¿Se mantendrá ese alto número de casos de fundimiento neuronal, depresiones, pipiritajes mentales y muertes raras?

Queridos Fernando y Mariano, creo que deberíais pensar seriamente en estos datos. No tengo ningún derecho a pedirlo como miembro de la prelatura, no lo soy, pero sí como miembro de la Iglesia. Algo anda regular, por favor no esperéis. El último dato que tengo de número de suicidios en Argentina es de 8 por cada 100.000 personas, si estáis por encima siempre cabe la posibilidad de hacer la comparación con Groenlandia donde parece que la tasa es diez veces mayor pero… eso no sería solución. Y tampoco es solución esconder el sol con un dedo.

¿Que ha sido de Alejandro Utela? De todo corazón deseo que no se lo hayan amandrilado.

Desde mi selva y a pesar de andar a patadas con los mandriles, abrazos para todos.

Zartan de los Nomos







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