Una década después.- Armando
Fecha Friday, 20 March 2015
Tema 040. Después de marcharse


El sábado 21 de marzo del 2015 cumplo diez años de haber dejado el Opus Dei. Mi deseo era pasar esta efeméride en silencio pero los acontecimientos tanto en esta página como en mi vida cotidiana sobre el tema de la obra, me invitan a escribir sobre esta década, así como algunas reflexiones de lo que es el Opus Dei para mí ahora.

Hace diez años el director de turno –y otros directores días después- pusieron ante mí dos caminos: la felicidad en este mundo y luego en la vida eterna si seguía en el Opus Dei o la mayor infelicidad en este mundo, el rejalgar en la cotidianidad, la tristeza profunda en lo que a los demás hace felices en esta tierra y el infierno en la vida eterna. Elegí lo segundo… ¿Cómo estaba en aquellos días que llegué a preferir ser infeliz en esta vida y el infierno en la otra que seguir dentro de la Obra? Lo he pensado muchas veces en estos años y aunque obviamente no ha pasado nada de las desgracias que me vaticinaron, en aquel momento ni el miedo que me había logrado mantener dentro en otras ocasiones, pudo en su momento hacer que cambiara de opinión en cuanto a irme.

Diez años después veo que las cosas dentro no han cambiado sino que van para peor, aunque es más propio afirmar que ahora conocemos más las cosas que suceden porque el silencio se ha ido rompiendo poco a poco. Lo sucedido al padre Danilo me ha consternado muchísimo, así como otros casos más que he leído por acá que claman al cielo. Pero las cosas no quedan solo en lo que se publica en OpusLibros, sino lo que te enteras en la vida cotidiana, de personas que has conocido y que ahora están empastilladas, aislados de sus familias y sin posibilidades de comunicación. Eso sigue pasando aquí y ahora sin que nadie haga nada, por lo que los abusos continúan sin cambio alguno.

Hace diez años me ofrecieron el infierno y lo acepté con el fin de liberarme de la opresión del Opus Dei. Una década después he de decir que si esto es el infierno en la tierra ¿cómo será el cielo?, porque han sido unos años magníficos en todo sentido. El rejalgar que José María Escrivá proclamó para los que nos íbamos de SU Obra lamento decirle que es errado, no se da, no existe, sino todo lo contrario, el salirse permite la verdadera libertad, el verdadero amor a Dios, la verdadera entrega a los demás, la verdadera vida cristiana, ¡la auténtica felicidad!

No hablaré de mí en cuanto a si he sido bueno en estos años o el pobre hombre que se perdió en el vicio, el sexo, la locura y el desenfreno como los de la Obra en Guatemala les dijeron a muchos de los que me conocen, solo diré que ahora tengo prestigio profesional, una vida hecha, un proyecto de vida concreto y que no necesito de los “tecomates” del Opus para nadar, puedo salir adelante por mí mismo y que en estos años he sido muy feliz, porque soy un ser humano normal, común y corriente, con las alegrías, preocupaciones y penas del común de los mortales y eso me hace profundamente feliz. Pueden preguntar los de la obra a los que me conocen y trabajan conmigo, verán que he dicho la verdad, es más, que me quedo corto.

Agradezco con todo mi corazón la ayuda que Agustina me ha brindado por medio de esta página en mis años de adaptación a la vida real, asimismo a todas y a todos los que he conocido gracias a OpusLibros y que habéis estado a mi lado, que siempre estuvisteis pendientes y seguís brindándome la alegría de vuestra amistad y por lo que habéis contribuido a mi felicidad.

Armando (Ángel Valdés)









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