En su nota de despedida, el padre Danilo ha sintetizado perfectamente lo que le sucede a una gran cantidad de personas que deja el Opus Dei: el rechazo (por parte de la institución) y la perplejidad (frente al desenlace de la propia vida, luego de haber entregado a Dios años enteros dentro del Opus Dei).
El rechazo y el desenlace desconciertan -resultan difíciles de entender- porque, inicialmente, se suponía que el Opus Dei era una iniciativa divina. Pero el modo, en que terminan tantas vidas, desmiente tal origen sublime.