Ahora lo importante eres tu...- Renata
Fecha Monday, 12 July 2004
Tema 040. Después de marcharse


Ahora lo importante eres tu...

He leído con avidez las cartas de los que como yo, hemos tenido experiencias en el Opus Dei, y estoy encantada de poder participar en este gran foro cibernético!!!

Naturalmente este tema me apasiona y me gustaría contar mi historia a gritos como pide un corazón adolorido, pero no, quiero contarla en voz baja, como pide una mente madura que ha decantantado su duelo y que comprende claramente que fue "cómplice y participe" de lo sucedido.

Generalmente los que ingresamos al Opus Dei somos personas sico-rigidas, -empezando por mi-, y allá nos ponemos peor, quitarnos luego tantas rigideces de la cabeza cuesta gran dedicación y esfuerzo; personalmente me ha ayudado mucho observar mis comportamientos e irme corrigiendo, para darme más tolerancia y soltura. La mayoría de sicólogos no alcanzan a dimensionar el grado de dogmatismo de la obra y poco entienden lo que nos pasa. También me ha ayudado mucho, leer libros de autoayuda, hablar del tema con conocedores y amigos que nos quieran o ahora esta maravillosa pagina web.

Por ahora quiero decirles que todo el tiempo que pasamos en el Opus Dei, pensábamos en los demás, en darnos, en entregarnos, ahora lo importante es que te mires a ti mismo, que te empieces a querer, a reconstruir una imagen de tu cuerpo favorable, amable, deseable... No es sano salir corriendo a casarse como hacen muchos por ahí, en el matrimonio hay que dar amor y nadie da de lo que no tiene, primero debemos reconstruir nuestra auto estima, nuestro amor propio, comprender que era soberbio sentirse mejor que los demás y además "santos", que el sexo es sano y que los del otro sexo también...

Y nosotros, qué? Nuestra necesidad de afecto? Nuestra interioridad? Nuestra relación con Dios? "Dios escribe con la pata de una mesa" pero la pata de la mesa era la Obra, no nosotros. Es importante para nuestra salud mental pensar que ese tiempo que entregamos no fue perdido, algo quiso Dios con eso, estoy segura, y aunque suene "místico": el trauma de la salida, el sufrimiento que nos ha causado "aceptar lo inaceptable", lo podemos volver nuestra bendición o nuestro cilicio. Eso solo lo puedes decidir tu. Con esto no quiero decir que se olvide lo sucedido, sino que superemos las dificultades pasadas, después de llorarlas lo suficiente y que tengamos la honradez de mirarnos al espejo y preguntarnos: qué voy a hacer con todos estos recuerdos? El dolor puede dañarnos tanto que nos lleve a lo más bajo, como le pasa a tantos hermanos nuestros de la Obra, -incluyendo los miembros activos- o al contrario, hacernos seres humanos grandes, para que algún día comprendamos el verdadero mensaje de Jesús, y seamos capaces de no caer en tentación, en la tentación banal de ser "santos" a punta de normas.

Los quiero mucho a todos y me encantaría conocerlos algún día...

Renata







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