No hay que sacar las cosas de quicio.- Mediterráneo
Fecha Monday, 02 February 2015
Tema 010. Testimonios


Mucho revuelo se ha organizado en esta página con las palabras del Papa acerca de la natalidad. Unas se han ofendido porque han interpretado que se las llamaba conejas, otros se han ofendido porque han interpretado que a su madre, hermana, esposa, qué sé yo, se las llamaba conejas, etc. Y a mí me gustaría decir algo, porque lo que no se puede es sacar las cosas de quicio, para eso ya está la peña esa y a fe que lo hace muy bien (iba a decir PM, pero no lo digo para no herir sensibilidades, que mucha oreja delicada corre por aquí).

Perdonadme todos y todas, “quien se pica, ajos come”. El Papa no ha dicho que tener 7, 8, 9, 15 hijos sea ser coneja. Ha dicho que no por parir más se es mejor católico. Si una pareja (perdón, perdón, un matrimonio cristiano y católico casado setenta veces por la iglesia) tiene medios económicos y humanos para tener 10 niños, si puede darles educación de calidad a todos, si AMBOS tienen tiempo para hablar con TODOS y conocerles y hacer que se sientan no un número sino queridos en su individualidad… ¿Cuál es el problema?

El problema viene cuando la madre se limita a parir y son los mayores quienes se encargan de los pequeños. Cuando lo único que cuenta es darles de comer y llevarles a un colegio de fomento y con esto está todo listo. Cuando no hay tiempo para saber qué hace reír y qué hace llorar al número dos, seis, nueve. Cuando no se saben los sueños, los proyectos y las inquietudes del número uno, tres, siete. Cuando lo que importa no es quién ha nacido sino que es el número ocho, doce, trece, quince, dieciocho. Cuando lo único que importa es que en la charla fraterna, en la confesión, en la dirección espiritual de cualquier tipo, ella y él puedan decir sin mentir que a cada follisqueo sigue un embarazo porque no se han puesto puertas a la vida. Entonces viene el problema y creo que es a eso a lo que se refería el Papa.

El ejemplo de la mujer que iba por su octavo embarazo y por su octava cesárea, no fue nada más que decir “no seas imprudente, ya has demostrado tu buena voluntad de servir a Dios como buena madre de familia, pero no te arriesgues más, que si dejas huérfanos a los otros siete lo que tendrás – o lo que dejarás a tu marido – será un problema serio”.

No saquemos las cosas de quicio y alegrémonos de que POR FIN, un Papa sea valiente para decir las cosas como son. Lejos quedan los tiempos de los premios de natalidad en España, lejos quedan los tiempos en que parir a destajo estaba bien considerado, lejos queda la época en que había que dar hijos a la patria. Gracias a Dios.

Mediterráneo









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