Una mera cuestión de formas.- Conrad
Fecha Friday, 14 November 2014
Tema 040. Después de marcharse


He seguido con interés la polémica suscitada a partir de una participación de Antonio Esquivias (22/10/2014) autodenominada "carta abierta". Las reacciones (que no relaciono por ser notorias) han sido mayoritariamente contrarias. Ahora bien, distinguiría de ellas las reacciones a la petición en sí misma deducida por Antonio Esquivias en la web change.org (dada a conocer en Opuslibros el día 23/07/2014, salvo error por mi parte), que siempre han sido de apoyo y de reconocimiento, como no podía ser de otra manera, de la injusticia sufrida. Y en una publicación de agosto el autor ya pedía expresamente el apoyo de los lectores de Opuslibros como, de otra manera, lo hizo en su "carta abierta".

¿Qué cambia en dos meses para provocar el rechazo? En mi opinión, una simple cuestión de formas. Los que de un modo u otro, mejor o peor, participamos en Opuslibros tenemos (también en mi opinión) un denominador común: no nos gustan las imposiciones, las llamadas a filas, el alistamiento,... Yo, al menos, lo pasaba fatal en aquellas interminables tertulias en las que se concretaban listas y listas: de amigos, de pitables, de conocidos,... Las recuerdo con horror.

Es posible que, como a mí, a varios de los lectores de Opuslibros la "carta abierta" haya recordado el inicio de una de aquellas campañas, muchas veces con una meditación a gritos que te despertaba del sueño y te acurrucaba el alma. La reacción, pues, no me ha extrañado en un público así.

Pero también opino que hay que ir al fondo y no quedarse en las formas. La iniciativa de Antonio Esquivias suma y no resta en esa larga batalla por poner al Opus Dei en su sitio. Coincido con Ana Azanza (12/11/2014) cuando sugiere que debemos estar agradecidos a Antonio Esquivias. En mi opinión es así porque iniciativas como la suya contribuyen a esa penetración capilar de la verdad que vivimos dentro de la institución y de sus consecuencias que, finalmente, acaba calando en quienes deba calar.

Posiblemente cada uno de nosotros hubiera hecho las cosas de otro modo, no hay soluciones unívocas. Por ejemplo, el testimonio de Antonio Esquivias hubiera venido muy bien en el juicio que sufrió Agustina para probar que las normas que obligan en el Opus Dei son más que los Estatutos descafeinados de 1982, pero no pudo ser. En tal sentido, no dejan de tener cierta consistencia y justicia los reproches que expone Solans (12/11/2014).

Seamos positivos. En la línea que intenté apuntar en mi escrito publicado el día 27/10/2014 considero que Antonio Esquivias puedo aportar muchos datos concretos sobre el día a día de un (sacerdote) numerario en el Opus Dei desde el punto de vista de quien ostentó cargos de dirección (yo, por ejemplo, no tuve esa ocasión, gracias a Dios). Ese relato, sin caer en morbosidades, seguro que puede ayudar a que no se siga cometiendo ese daño continuado a las personas a través de la estructura de una organización que debía servir para que sus adeptos fueran felices, no para problematizarlos.

Y es que, como vuelvo a contar, yo me "caí del caballo" y decidí ser más activo en la medida de mis posibilidades en esa larga batalla cuando, a través de esta web, conocí el daño que el paso por la institución había provocado en personas muy concretas a las que yo había contribuido a acercar a ella, que yo había apuntado en listas...

Antonio, por favor, en la forma que sea, da igual, echa una mano.

Un abrazo.

Conrad.







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