-¿Te imaginas si, a partir de hoy, nadie en el mundo se muere más?

Veníamos subiendo las escaleras de salida del metro, camino a la calle de las librerías. La pregunta me pilló desprevenida. Yo lo miré divertida. 

-¿Nadie se muere más?

-Nadie. Y mejor: todos los muertos de todos los tiempos resucitan...

En medio segundo imaginé a TODOS los muertos de la historia VIVOS HOY, y abrumada, solté:

-¡¡¡Hitler, Chesterton, Ana Frank!!! -que fueron los primeros que se me ocurrieron.

-Si, y así como están no más, que habría que echarles una bañadita. ¿Te imaginas qué pasaría? ¿Te imaginas si aparece XX (héroe de guerra) hoy?

-¡Qué lo postulan para presidente! -dije, ya a toda carcajada. Y es que es muy gracioso cómo se explicaba haciendo voces, ademanes y gestos.

-Ahora, lo complicado de esto -seguía en su delirio- es que aunque te corten la cabeza, no puedes morir, sino que te ahogas, así es que te la tienen que pegar rápidamente (la cabeza), lo mismo para los casos de amputación. Y te tienes que quedar tal cual, con las cicatrices, que esas no se borran.

 "¿Cómo sería el mundo si resucitan todos los que han vivido y más encima nadie se muere más?" Me puse a pensar a la velocidad de la luz. Yo me imaginaba lo que debía ser estar lleno de cicatrices y no pode morirse. Tal vez en esta nueva sociedad colapsada con las chorromil personas que han existido, existen y existirán, todas juntas y sin escapatoria, habría que reformar el sistema penal para los criminales que por supuesto habría. Ya que no te puedes morir, así te corten la cabeza, la "cárcel" tendría que ser algo así como una "decapitación mantenida", es decir, tu -tu cabeza- en una habitación ahogándose, y el resto de tu cuerpo en otra, hasta pagar tus culpas...

-Me parece que es mejor morirse -concluí.

Llegamos a la librería y encontré un libro de "etología" ("Del gesto a la palabra", de Boris Cyrulnik), que llamó mi atención no más revisarlo un poco. Mi marido sabía qué significaba la palabra, yo no, que es el estudio del comportamiento común de animales y seres humanos. Aluciné. Del autor, ni idea. Yo todavía me sorprendo de esta capacidad mía de mantenerme en las más grandes de las ignorancias. Por ejemplo, no conocí a Edith Stein hasta hace solo unas semanas. Mi marido estaba leyendo una revista, y me llama para decirme: "Amor, escuche, esta es igualita a usted" y me lee un párrafo casi idéntico a mí...¿y esta quien es? En dos segundos la había googleado y me había leído unos 10 artículos desde intenet. Y eso que el Venerable Anciano me la habría mencionado antes, de pasada y a propósito de la empacordia (empatía/misericordia), pero yo no hice mayor relación. Con este Boris Cyrulnik, el encuentro fue parecido: lo googlié y me enteré de que tiene cosas bellísimas y muy oportunas para nosotros, los opuslibristas.

Para quien tenga tiempo, les dejo la entrevista Boris Cyrulnik, un video de más de media hora, que "no tiene desperdicio", como dicen los españoles. Una gozada desde el minuto uno hasta el último, que ambos participantes de la entrevista -entrevistado y entrevistador- son muy simpáticos y profundos. Para el que este mas apurado/a, les dejo el link de la transcripción de la entrevista de Boris Cyrulnik, que no se diga que no les puse "toda la carne en la parrilla".

Un abrazo a tod@s.

Lizzy Babieca