Hola Antiguo,

He leído tu comentario sobre el cese de un Obispo del Paraguay del Opus Dei, y tu crítica al procedimiento empleado (falta de defensa, trasparencia, injusticia…)

Debo decirte que el argumento que empleas es de ida y vuelta: tenemos tanta obligación de creer al obispo expulsado como al Vaticano. No voy a entrar en si se merece un poco de su misma medicina, no le deseo mal a nadie. No creo que ese trato, que tanto ha aplicado el Vaticano a los teólogos, curas y obispos díscolos esté bien aplicado a alguien de la cuerda contraria.

Lo que me preocupa es que el obispo de marras se dedica a lanzar basura contra todos, diciendo que el seminario es malo, los curas ignorantes, que sólo él ha creado un seminario en condiciones, que la liturgia buena es la suya y que no está "contaminado" por "ideas políticas".

Vamos a ver: es justo, justo, lo que dicen los del Opus (sólo ellos saben, tienen buen gusto, formación, la liturgia es la caraba...) y los sectores conservadores "que no están contaminados con política". Mira, a otro perro con ese hueso.

Lo que resulta escandaloso es que en un país como Paraguay, donde las desigualdades sociales son tremendas, donde a los pueblos indígenas se les sigue privando de su tierra, donde la pobreza arrasa, donde la corrupción es como una lepra, la preocupación del obispo sea la liturgia, poner a parir a los demás curas y decir que le tienen envidia.

El Vaticano no echa a nadie por ser conservador, puedes creerlo NI por ser del Opus. Seguro que los motivos han sido gravísimos, como tú mismo admites. ¿Que no los dicen? Muy mal, muy mal, muy mal.... Pero quizás es que son peores de los que nos tememos.

En fin, que no puedo estar de acuerdo con la teoría conspirativa que propones, porque no tiene parangón.

Ramón