Del amor y otros demonios.- Lizzy Babieca
Fecha Monday, 06 October 2014
Tema 040. Después de marcharse


En el mortero machaco ajo, orégano, merquén, sal y aceite. En eso estoy, machacando feliz y creyéndome "Nacha" de "Como agua para chocolate", cuando una avalancha de niños, osos de peluche, mochilas y tutos, cae ruidosa en la cocina.

-¡El papá, el papá! -vociferaban mis niños- ¡el papá se ha convertido en un monstruo! -y se arremolinaban entre mis faldas, con verdadero o simulado terror...



La puerta blanca permanece cerrada y en silencio. Los niños contienen la respiración. Giro la perilla y abro: tras ella, en cuatro pies y con una bolsa negra en la cabeza -¿de dónde la habrá sacado?-, mi marido, en perfecta emulación de un animal antidiluviano.

-¡Grrruaw!, dice el animalejo, y se mueve reptando de una manera realmente tenebrosa.

-Mamá, ¿cierto que el papá es tonto? -pregunta uno agarrándose a mi mano, ya decidido a enfrentar el miedo.

-Sí, Bellaquín, el papá es tonto -afirmo convencida- y los empujo a todos fuera de la cocina.

Pongo las piezas de pavo en el sartén caliente, y encima de cada una, algunas cucharadas con la pasta que preparé en el mortero; las doro de lado y lado, y luego, agrego vino tinto. Tapo el sartén. Ahora a esperar unos minutos.

Mientras espero y pico tomate -con cáscara, para no perder la fibra- pienso en cómo tratar el tema del amor romántico, que nadie nunca te explica nada ni antes, ni durante ni después del Opus. Además que qué había que explicar, si uno se supone que nunca iba a tener que vérselas con él (si eras nume o agd). Si tenías que vértelas era por accidente y la solución era reprimir lo que fuera y arrancar. Sin embargo, en el mundo real, no nos va mejor tampoco. Ni a los que fueron opus, ni al resto de la humanidad toda. Pareciera que se trata de cosas obvias y que no requieren mayor orientación. Que ya sabrás qué hacer. Y lo cierto es que si no haces un gran esfuerzo de estudio y autoestudio, no tienes cómo hacerte ni remotamente una idea. Lo que te venden las películas, las canciones y los libros es el amor en versión Disney: de princesas y príncipes, caballeros y damas. Y la verdad es que también somos sapos y brujas, rufianes y rufianas. Es decir, que somos una mezcla de ambos, y de cuya equilibrada combinación depende, no solo la felicidad propia, sino que también la de aquel ser que tenga la suerte -la gran fortuna y el gran honor- de compartir la vida con nosotros :)

Me estaba leyendo un artículo esta mañana sobre Eva Illouz -socióloga israelí de orientación marxista, por si acaso- que explicaba que el amor romántico es privilegio de las clases con dinero y ocio (?), y regulado por el capitalismo, lo que te lleva a vivir bajo la ética protestante durante el día -eficiencia y productividad- y un hedonismo exacerbado por la noche, buscando el consumo y el placer. Más allá de que estemos o no de acuerdo con la dialéctica marxista (yo la verdad, ni naciendo de nuevo), sí podemos acoger lo que hay de cierto en esta crítica al sistema imperante, este que nos norma culturalmente en nuestras expectativas sobre el noviazgo y el matrimonio, a lo Hollywood. Y ahí tienes las porradas de novelas y pelis románticas, inventadas todas para hacernos creer a las mujeres que los hombres no eructan ni dicen palabrotas, mientras que a ellos se les dificulta pensar que vamos al baño. ¡Qué cantidad de pamplinas! Idealizar a la mujer o al hombre en aras del amor romántico, el matrimonio, la familia y la procreación de la especie, es la más grande idiotez que hayamos podido inventar los seres humanos, que viéndonos tal como somos -en la relación de pareja sobre todo- nos podemos ayudar y querer mejor. Que estamos disparados hacia el infinito y mas allá, pues claro, pero con sobacos y excrementitos.

Hay una canción de Serrat (otra vez Serrat, que me hice fanática) que de primera parece buena, optimista y positiva, pero que no lo es tanto: "De vez en cuando la vida". La canción tiene dos lecturas, según interpretes la palabra "Vida". Si lo tomas como la vida en sí, se trata de cuando todo nos sale bien y luego pasan cosas que nos dejan sentados sobre una calabaza, al mejor estilo cenicienta. Un segundo sentido para "Vida", es el de una chica/o, es decir, un amor inesperado, que te hace una ilusión enorme, pero en el que no quieres ni pisar fuerte, para no romper el hechizo. En ambos casos, que terminas chupando un palo seco y medio desengañado/a. ¿Qué pasó? Pues que estabas terrible de mal enfocado/a. Siempre que en tu vida -amorosa, social o profesional-sientas que tienes que andar con las personas de puntillas para no romper "el hechizo", con miedito, es que hay que replantearse las cosas. Nada de hechizos, ni de cuescos mágicos. Vida directamente desde el barro a la neurona y al corazón. Mientras más claro tengas los defectos de los que te rodean, mejor: más fácil podrás darte cuenta de que algo les duele o molesta y porqué. Y viceversa.

Mi marido, solemne -ya se había quitado el disfraz de varano- batió palmas luego de terminado su último bocado del almuerzo. Me siento feliz.

Lizzy Babieca







Este artículo proviene de Opuslibros
http://www.opuslibros.org/nuevaweb

La dirección de esta noticia es:
http://www.opuslibros.org/nuevaweb/modules.php?name=News&file=article&sid=22695