La Obra de Escrivá vista hoy desde la calle.- Orange.
Fecha Wednesday, 24 September 2014
Tema 010. Testimonios


Estamos en puertas de la beatificación de Portillo. A lo largo los últimos meses me he entretenido en realizar una especie sondeo particular a ver si la gente lo conoce o no y sobre lo que conoce del Opus. No se trata de estadística científica sino de conversaciones informales. Lo he hecho entre la gente con la que me he cruzado: amigos, conocidos, compañeros, clientes, gente con la que me he topado en las vacaciones.... Bueno pues al preguntar por Portillo resulta que a Portillo no lo conoce nadie. La gente que no es del opus no tiene ni idea. Uno me dijo que es un muchacho que jugó al futbol en el Real Madrid... Si dirigimos la mirada fuera de la burbuja opusina, podemos ver que el Opus es prácticamente desconocido para la gente de la calle. Su presencia es insignificante. Además, a poquísima gente le suena el tal Escrivá. Y eso que estoy hablando de España que es donde más extendidos están. No digamos lo que puede ser en otros países...



El tan cacareado mensaje de la santificación del trabajo no ha calado, al menos del modo tan artificioso con el que lo plantean. Toda aquella retórica sobre la transformación social que su Obra iba a realizar (soñad y os quedaréis cortos , vamos a darle la vuelta al mundo como a un calcetín y otras cosas por el estilo), transcurridos 86 años, ha quedado prácticamente en nada. Su influencia real apenas llega más allá de sus círculos personales y sus propios centros educativos, y aun así, con muchas dificultades. No puede compararse ni de lejos, con la importancia de otras instituciones católicas que no es el momento de enumerar.

La mayoría de la gente sabe menos de la Obra de Escrivá que de los ríos de Siberia. A los que han oído campanas, tienen la idea de que es una organización secretista, para ricos que se hacen mutuamente favores, con mentalidad religiosa chapada a la antigua. Esa es la imagen que se han ganado a pulso.

Para los pocos que los conocen de cerca, ven que los Escrivarianos, lejos de atraer a los demás desde su lugar de trabajo, son personas raras que están todos los días hablando con el cura y con los numerarios y poniéndose pesados con oraciones, libritos, meditaciones, y demás actividades más bien propias de frailes, en vez de estar colaborando para mejorar las condiciones de vida de las personas. Detectan que no hacen nada desinteresado por los demás y que siempre van a lo suyo. Ya no sorprenden a nadie. Están muy calados.

Entre las elites actuales proponen una cosmovisión que a la mayoría les suena a cosa antigua y rancia, no convence ni gusta, la rehúyen y no se dejan atrapar. No imponen respeto como antaño; hoy día, la mayoría de sus planteamientos causan extrañeza o risa, o dan pena al ver la gente como pueden existir personas con religiosidad tan cerrada en prácticas obsoletas y sin ayudar al prójimo en sus problemas reales. Al que pide la admisión no lo ven como un ejemplo admirable a seguir sino como un pobre hombre al que le han comido la cabeza.

Escrivá, en un alarde de manía proselitista y de insensatez, dijo que cada miembro debería conseguir captar dos miembros nuevos cada año. Pues bien, la realidad ha hecho que eso haya quedado como un autentico disparate, a la vista del número de miembros que les van quedando. La pretendida expansión proselitista es, pues, un gran fiasco. ¿Cómo va a triunfar un mensaje religioso que no hace nada por el prójimo más que intentar su captación sectaria? Recuerdo que decían retóricamente que su labor era "un mar sin orillas". Otro gran dislate. Primero porque todos los mares tienen su orilla y luego porque a ellos les es muy difícil comprender que tienen solo la importancia de ser una simple gota en el océano.

En cuanto a la información, a ellos les encanta el ocultismo y el tratar de mantener las apariencias. Sus paginitas de internet, siguiendo el estilo de todas sus publicaciones, destilan un triunfalismo sistemático insufrible que no deja el menor resquicio a la libre opinión ni a la crítica. Este estilo es un persistente error de manual, pues la gente ve de lejos que lo que persiguen es la simple propaganda y transmite muy mala imagen. La gente común se da inmediatamente cuenta de que es una institución opaca y la mira con suspicacia y recelo.

No es de extrañar que, ante la dura realidad de que ni sus planteamientos ni sus vidas convencen a casi nadie que tenga un cerebro normal, opten por dedicarse a intentar ir adoctrinando a los niños desde pequeños en sus colegios-burbuja aprovechándose de los hijos de los supernumerarios, como única forma de intentar paliar su declive.

Orange







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