Ebe querido: Como siempre, tus colaboraciones son un tsunami. Siempre he pensado si la Obra podrá reformarse. Benedicto XVI iba por buen camino, los llamó a cuentas y de ahí vino esa carta componenda del Prelado de octubre de 2011. Pero el Papa está anciano y renunció. Fue una lástima, al menos en lo que se refiere al Opus Dei. Ratzinger ya había reunido la información y los tenía en la mira...
Personalmente, con excepción del odioso bunker que la comisión-delegación-asesoría-delegación-administración se construyó en mi país, no creo que la Obra tenga más bienes inmuebles que los jesuitas o los franciscanos, por ejemplo. El punto es la actitud.
A través de tus escritos he visto que lo de la vocación de numerario es un invento extraño, una camisa de fuerza sobre un laico célibe, que lo hace ser medio religioso, medio monje, medio laico, medio preso. Ahora con Opus Dei: lo contrario a Cristo, creo que volviste a dar en el clavo, en que la Obra es un gran recaudador. A mí sí me gustó que los centros fueran agradables y limpios; sí me gustó que los oratorios estuvieran puestos con dignidad y que se cuidara la liturgia. Pero ahí quedó la cosa, en “el tono humano”, “en la urbanidad de la piedad”. Hay obras corporativas rurales y suburbanas importantes, y creo que es lo mejor del Opus Dei, la verdad.
Si el cambio viene, tendría que ser por ahí: respeto a la conciencia y donación, no recaudación, como bien has dicho. Gracias y un abrazo
Hola Ana: Sobre tu escrito “Testimonio y esperanzas”, me queda claro que hay que escribir al Vaticano. Es importante, porque -a diferencia de Benedicto XVI- el Papa Francisco no es de reformas, sino de testimonios y vivencias. Pienso que Benedicto XVI sí le jaló las orejas al Opus Dei y lo iba a hacer más, pero está viejito y renunció. Fue una lástima. Iba por buen camino -sino ¿a cuento de qué escribió el Prelado la carta de octubre de 2011?-.
Si es verdad que la Obra está pidiendo cartas de exmiembros agradecidos, me parece una desfachatez, un acto descarado, sobre todo cuando sabemos que los exnumerarios y muchos ex-agregados salen con una mano adelante y otra atrás, sin recursos, trabajo, cartas de antigüedad, seguro social, amigos, etc., etc. Yo fui supernumeraria, me gusta llevar la fiesta en paz, pero eso no quiere decir que no haya sufrido por una estructura injusta. Sí me gustaría escribir. Sí me gustaría que las cosas cambien en el Opus Dei, si acaso pueden cambiar. Y si no, que desaparezca. No pasa nada, la Iglesia es así, con instituciones transitorias en su historia y otras que se han reformado. Eso es lo que le ocurre a un ser vivo, más si creemos en el Espíritu Santo. Que las reglas y el espíritu del Opus Dei están esculpidos en piedra es un insulto a la inteligencia, a la ciencia histórica y a la capacidad de rectificar del ser humano. Lo único esculpido en piedra y para siempre son los diez mandamientos.
Bien por escribir y compártenos los datos, por favor. Un abrazo
Hola Heraldo: Yo he pensado como tú si JPII fue engañado o no; o dicho de otro modo, “si se hizo pendejo” o no, como señalas. Yo creo que JPII era un hombre tan puro que era naif. Y sí creo que estaba rodeado de un cinturón de hierro, pero no sólo con los Legionarios, sino con la pederastia en general, con el manejo del dinero y muchas cosas más. Hay casos diocesanos y de órdenes religiosas. Yo creo que sencillamente no podía creerlo. Así.
Y muy mal con eso, he escuchado a José Barba y me causa dolor e indignación su caso. Creo que es un hombre bueno al que se dañó impunemente. Me parece que Athié se enteró de los hechos en confesión y él no podía hablar de ello. Si lo hizo, muy mal. En fin, no es lo que nos ocupa aquí. Lo que interesa saber es JPII sabía o no: creo que no, aunque resulte increíble.
No me parece lo mismo con Benedicto XVI. Él sí destapó la cloaca y le entró a los problemas. La carta que escribió a los obispos de Irlanda no tiene pierde: el mal entendido miedo al escándalo es garantía de impunidad y así lo señaló. Así era la Iglesia del siglo XX y así es el Opus Dei, ayer y hoy. No importa el qué, sino quién lo sabe. Para mí la prueba de que Benedicto XVI se interesó en los testimonios de los exnumerarios es la carta de octubre de 2011 del Padre. Esa dichosa carta de octubre de 2011 fue una componenda que se le ocurrió al Prelado ante las reclamaciones que llegaban de los Ex y de las que Benedicto XVI pidió cuentas. También, en letra pequeñísima hicieron cambios en el catecismo de la Obra. Benedicto XVI es un intelectual y un hombre de reformas. Es una pena que no haya seguido, al menos en lo que respecta al Opus Dei. Los hubiera metido al orden. Ahora, no sé qué vaya a pasar. Francisco no me parece un Papa de reformas, sino de testimonio y vivencias. Es mejor que le escribamos diciendo nuestras experiencias ¿no?
Un abrazo a todos,
NikitaSoy
