Testimonios y esperanza.- Ana Azanza
Fecha Wednesday, 17 September 2014
Tema 125. Iglesia y Opus Dei


Hola Orejas

muy de acuerdo cuando se escribe con sobriedad, sensatez y argumentando en hechos reales, tanto históricos como experiencias personales o profesionales. Señalo las últimas intervenciones del lunes 15 de septiembre. Insistiré una vez más como cada vez que sale el tema, hay testigos de que el acercamiento del Opus Dei a Wojtyla no fue a posteriori, ya "era tratado" en el centro romano de encuentros sacerdotales. Y hay quien ha contado por lo menudo cómo se desarrolló el cónclave de 1978 en el que fue elegido. Giancarlo Zizola es el autor clave. Uno de los primeros "vaticanistas"...



También insistiré, la denominación "nuevo movimiento eclesial" en el caso del Opus Dei es impropia. El Opus Dei cuajó en la guerra civil española y floreció extendiéndose con un éxito que sorprendió a la propia empresa en los años posteriores a 1939. Todo ello en España y desde España. Para cualquiera que tenga una ligera idea histórica del papel que en esos momentos tenía este país en Europa y el mundo no hay mucho más que hablar sobre si el Opus Dei es nuevo o es viejo. Es adaptable, en eso estamos de acuerdo, pero no más.

En efecto, en Roma se procede con celeridad y según que casos y con parsimonia en muchos otros. El nuestro sin ir más lejos. Estoy de acuerdo con Dionisio y Ramón.

Pero hay cambios. 

Sabemos que el nuevo pontífice está rodeado de personas del Opus Dei. Si alguien ignora los nombres de los cargos vaticanos pertenecientes a la sociedad sacerdotal de la santa cruz o al Opus Dei puede visitar mi blog. La gran mayoría de ellos alcanzaron el puesto con Juan Pablo II, otros con Benedicto XVI y han sido confirmados en sus puestos. También tenemos cardenales que aunque no pertenezcan han favorecido o son simpatizantes. Y por supuesto sigue trabajando ahí el Vicario General del Opus Dei y que en mis tiempos se decía sería el sucesor de ¿dos o tres santos?

Sin embargo, lo que agrada de este Papa y da esperanza, es que aún estando rodeado de personas con una visión de la iglesia decimonónica e inquisitorial, tiene muchos gestos impensables hace unos meses. Sin ir más lejos los casamientos de este fin de semana no los habrían bendecido nuestros santos de cabecera. Ver al Papa con la bandeja del self service sentado en una mesa común con los trabajadores no está mal. Tampoco nuestros santos favoritos lo hubieran visto "digno de su cargo y posición". En particular esas fotos, me han recordado las mullidas alfombras del comedor de la Villa Vecchia, la "doncella" del padre durante años, ¿aragonesa ella?, la sopera de ónix ante la que el cardenal quedó estupefacto y tantas anécdotillas sobre el "tono humano" y el nivel. Cofias, delantales, uniformes, cocineras y productos de temporada ad hoc. Por no hablar de los caprichos decorativos y las manías de arquitecto frustrado.

Va el Papa, vicario de Cristo, y se coge su bandejica y se sienta con el pueblo. No ha tronado contra nadie, pero para una persona que ha salido del Opus Dei más claro agua.

Las homilías del nuevo pontífice son sencillas, nada rebuscadas ni teológicas. Predica como podría hacerlo cualquier cura de parroquia sin pretensiones. Muy diferente estilo. No está dando lecciones, está predicando. Y suele hablar de problemas muy concretos de la iglesia, como el "carrierismo".

Quizás no puede tomar las decisiones que nos gustaría, de un plumazo, como si hacen los de la tendencia inquisitorial a la mínima oportunidad. Sin dejar tiempo ni a reponerse del susto. Pero habla con hechos y actuaciones. Tampoco imaginamos a nuestros santos yendo a Lampedusa a visitar inmigrantes subsaharianos. Nosotros somos más de aristocracia y banqueros, que tienen alma y nadie se acuerda de ellos. ¿Hizo falta un "carisma" para que la iglesia católica se acercara a los ricos y poderosos? Dejo la pregunta en el aire...

Otro estilo ha entrado, y al menos es posible oír otras opiniones  y otras maneras de ver.

Si están buscando ex en buen plan para que escriban su maravillosa experiencia in y ex, también nosotros podemos escribir al pontífice y contar cómo fue la cosa. Yo lo he hecho y por primera vez, he recibido contestación. Al menos un acuse de recibo. Lo mínimo entre personas civilizadas y educadas. Máxime cuando se cuentan sucesos traumáticos por el motivo de tener fe y haber sido educada en su versión más ferviente.

La avalancha de misivas de un lado y otro podría ser interesante. Las misivas de la plantilla y las de la dura realidad que "no tiene remedio", y a veces no es que sea muy triste, es que es tristísima.

Ana Azanza







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