Para Lizzy Babieca, Josef Knecht, NikitaSoy y Manzano.- unonuevo
Fecha Monday, 15 September 2014
Tema 900. Sin clasificar


Queridos Lizzy Babieca, Josef  Knecht, NikitaSoy, Manzano y todos (orejas e infiltrados).

Lizzy Babieca, en relación a tu escrito: Y yo que no iba a escribir más, quiero decirte que no es cierto que se te ha secado el cerebelo, que se han acabado los temas sobre los que podías opinar, que posiblemente dejes de escribir aquí, que… No, porfa, sigue escribiendo sobre lo que denominas “autoayuda”, continúa dando tus consejos incluso a gentes que no conoces, cuéntanos lo que quieras sobre tus deseos de maternidad (menuda se ha montado con este asunto porque quizá yo no supe expresarme bien al escribir en relación a la doctrina de la Iglesia sobre las relaciones en el matrimonio)...



¿Por qué creo que debes seguir escribiendo? Pues porque lo haces muy bonito y muy bien; con mucho sentido común; con enorme prudencia; con mucho sentido sobrenatural; con grandísima dulzura (me ha encantado, y emocionado, lo que cuentas de la actuación de algún hijo tuyo cuando estás en el baño); con buenas dosis de optimismo y positividad; porque, con tus opiniones, aunque pueda sonar un poco cursi, generas aquí un ámbito de paz y tranquilidad; porque dices en tu escrito que tus decisiones, entre ellas la maternidad, te hacen feliz… Conclusión: es un lujo para nosotros tenerte aquí. Por último, pero esto es lo de menos, porque tus gustos musicales también coinciden con los míos: Rosanna, Ella Baila Sola y La Oreja (antes se llamaban La Oreja de Van Gogh: aclaración importante por si alguno piensa que Agustina ha montado, ocultándonoslo, un conjunto de música de éxito con los orejas para intentar cubrir los gastos de esta web; por cierto Agustina, si te parece oportuno, a ver si nos cuentas algún día la situación económica a día de hoy por si es necesario echar una mano). Y no hagas mucho caso a Dionisio -un abrazo- (El carrusel del Furo) sobre Peret -q.e.p.d.- que nadie duda de que era un buen artista, pero de otro “nivé”; además, y más importante, creo que era una magnífica persona.

Y, porfa, Lizzy Babieca, dinos, si quieres, quién es el “Venerable Anciano” que citas en el arranque de tu escrito porque estoy muy intrigado.

En cuanto al escrito de Josef  Knechet (El debate sobre la paternidad responsable. 10 de septiembre de 2014), al que respeto muchísimo por sus numerosas e interesantes colaboraciones aquí, quiero decirle que, al igual que Dionisio, en mi escrito (Nunca es triste la verdad… 5 de septiembre de 2014) yo también afirmo que cada matrimonio debe tener los hijos que estime oportuno, y que no se puede, ni se debe, hacer el mínimo caso a las opiniones de lo que denominas “consejeros matrimoniales”, o sea, gentes del Opus Dei.

De entrada, Josef, me quito la boina por tu prudencia y tu delicadeza en tus reflexiones. Más aún cuando afirmas que no eres “especialista en teología pastoral, ni en pastoral familiar”.  Ni tú, ni yo, ni casi nadie que lee estas páginas puede decir que es experto en esa materia, pero pienso que tenemos suficiente formación y sentido común como para opinar con mucho fundamento. No es inmodestia, es la realidad.

Dices, a continuación, que mi afirmación “en mis diez años en el Opus Dei nunca percibí sobre mí ningún intento de ‘control de la sexualidad´, ni yo lo ejercí con los que hacían la charla conmigo” es excesivamente optimista. Pues creo que no es optimista, ni pesimista, ni mediopensionista… es lo que yo viví, sin más añadidos o adjetivos. Y pones, a continuación, varias anécdotas concretas para argumentar o apoyar tu afirmación.

1.- Escribes: “En las charlas de formación que recibíamos o impartíamos los numerarios acerca de la ‘santa pureza’, se repetía con frecuencia un tópico referente a las farmacias. Se nos aconsejaba o aconsejábamos que cuidáramos la vista al entrar en ellas. Hasta que escuché esa recomendación por primera vez, las farmacias nunca me habían causado problema alguno ni me lo causan tampoco ahora. Parangonar una farmacia con una tienda erótica es, reconozcámoslo, burlesco”. Pues, Josef, yo no oí jamás ni dije nunca nada sobre las farmacias. No lo acabo de entender y, por ello, especulo: ¿fotos de tías macizorras que para estar más macizorras intentan reducir muslos, cartucheras, cintura…con cremas y potingues varios? (Ojo: queridos lectores del otro lado del charco, macizorras, aunque acaba en lo que acaba, no se refiere a eso, sino a señoritas “cañón”, “tías buenas”, de “buen ver”; ahora en España se ha puesto de moda decir tonterías como “está como un queso”, “es un yougurín”…). De verdad, me dejas muy intrigado con este asunto de los “presuntos peligros” en las farmacias. Si te apete, me/nos lo aclaras.

2.- Comentas que en un curso anual fuisteis a ver una pinacoteca -actividad que os honra, porque reconozco que en mis nueve o diez cursos anuales ni a mí, ni a mis hemmmanos numeratas, nunca se nos ocurrió ir a una pinacoteca- y un numerata salió corriendo, en estampida, porque había algún cuadro con desnudos femeninos y, además, cubistas. Huelga todo comentario sobre la actitud de ese numerata que, sin ser yo especialista en temas del coco, calificaría de absoluta y totalmente “anormal”. (Quien más quien menos tenemos algún amiguete que cuando les dibujas con el dedo una sencilla raya en una ventana con vaho por el frío y les preguntas ¿qué ves?, responden que ven una tía buena, con etc. etc. En España, a ese “tipo de personaje” se le llama de mil formas distintas, pero lo dejo aquí y punto y seguido). Vamos, que ese numerata que se excitaba al ver un desnudo, y encima, cubista, padecía de una grave patología. Me pregunto ¿qué le pasaba a ese numerata cuando se cruzaba en la calle, en primavera (que la sangre altera), con cienes y cienes -Satur, nos tienes “abandonaos”, ¡cómo nos gustaría leer tu opinión sobre estos temas!- de gachís atractivas, con sus minifaldas, escotes, andares decididos y coquetos…? Pobrecito, me da pena, porque lo tendría que pasar fatal.

3.- Sobre la recomendación a un supernumerata sobre llevar o no llevar el bañador en la playa en el caso de chavales de 4 – 5 años no voy a comentar nada porque depende del sentido del pudor, estética, sensibilidad de los padres, costumbres de cada país… Puff, ahora recuerdo el famosísimo tema de que si nuestras hijas no deberían usar bikini porque… Pero paso de este rollo y sigo.

4.- La intervención que citas del Prelado Javier Echevarría en Catania, el 11 de abril de 1997 (“los discapacitados son hijos de padres que no han llegado puros al matrimonio”), que yo desconocía, me ha producido estupor y… una enorme y profunda tristeza. Porque si el numerata que se excitaba con cuadros de desnudos cubistas he dicho antes que padecía una grave patalogía, lo afirmado por Echevarría es una total e injusta gilipollez (perdón Agustina, ya sé que aquí no proceden los tacos / palabras malsonantes, pero admíteme éste, porque calificarlo como una “idiotez” se queda muy corto), que le descalifica, de modo total y rotundo, no sólo como Prelado, sino como persona. En España, ¡gracias a Dios!, llevamos unos años en los que la sensibilidad y preocupación por los chavales discapacitados ha crecido de modo exponencial. Y me alegro, porque al margen de sensibilidades o de sentimentalismos, es un asunto de estricta justicia y de un mínimo de caridad. Ya he hablado aquí varias veces de la necesidad de QUERER AL PERSONÁ, aspecto para el que, ya me duele decirlo, parece que el Sr. Prelado está incapacitado. Y puestos a poner ejemplos de QUERER AL PERSONÁ no puedo ocultar que se me ponía un nudo en la garganta cada vez que he presenciado, personalmente, cómo Juan Pablo II se volcaba, profunda y visiblemente emocionado, con los llamados “discapacitados” o con personas enfermas. Los descubría al vuelo, como si tuviera un radar o un imán… (Aviso, como en las tertulias en “nuestros” centros: prepararos para la barrila que os voy a dar con San Juan Pablo II en mis futuros escritos). Ídem de ídem ha sucedido con el Papa Benedicto y con el actual. Los tres Papas son magníficos ejemplos de “gentes que saben querer”. Y puesto que aquí muchos hablamos “a calzón quitao”, esas manifestaciones del Sr. Prelado (no Perlado, que es una marca de vino barato y de éxito en España) me producen más dolor todavía porque uno de mis hijos (de los X que he tenido con mi querida mujer mediante cesáreas y que tanto revuelo ha causado aquí al contarlo) padece una grave discapacidad física y psíquica y, ¡manda güevos! (frase que popularizó el exministro Trillo, al que admiro no por su condición de supernumerata, sino por su buen curro en política), aseguro que mi mujer y yo llegamos al matrimonio no puros, sino purísimos. (Creedme que me resulta muy violento contar esto por puro pudor personal). ¿Qué opinarán algunos amigos míos numeratas -me vienen a la cabeza nombres y apellidos concretos- que tienen hermanos discapacitados sobre esa increíble y estúpida afirmación de su Jefe máximo? ¿Qué reacción tienen o deberían tener matrimonios en los que él o ella o los dos son supernumeratas, llegaron “puros” al matrimonio y tienen algún chaval con problemas físicos y/o psíquicos? Seguro que algunos de vosotros conocéis a supernumeratas que tienen algún hijo con síndrome de Down, porque no es un caso infrecuente. ¿Les diría el Sr. Prelado, a la cara, con un par, a sus hijos en la Prelatura, que esos chavales han nacido así porque ellos no llegaron puros al matrimonio? Corto y cierro sobre este tema porque me cabreo y la tentación fácil es cebarme más y más con el Prelado Echevarría; pero allá él y también sus hijos prelaturales -¡bonito palabro!- por seguirle, obedecerle y… “adorarle”. Dios es misericordioso, pero también justo, y como dicen algunos refranes españoles, sabios como todos nuestros refranes, “a cada cerdo le llega su San Martín”, “que cada palo aguante su vela”…

5.- Dices también que Franco, por “su mentalidad machista”, deseaba que Juan Carlos tuviera un hijo varón después del nacimiento de Elena y Cristina. Opino que no se le puede achacar a Franco, en este asunto, una mentalidad machista (desconozco si en realidad lo era), sino que su deseo obedecía a lo estipulado en las normas sucesorias. Pero, a lo que voy, es que la percepción de  un par de numeratas  a los que oí contar esa famosa frase de López Rodó -“a Dios rogando y con el mazo dando”, otro, como todos, sabio refrán español-, no tenía nada que ver con un posible carácter despistado de López Rodó, sino que pronunció esa frase, plenamente consciente, para defender que era necesario poner todos los medios: no sólo había que encomendar a Dios el nacimiento de un varón, sino que además, había que “dar con el mazo”, aunque resulte bastante vulgar la expresión. Yo siempre lo entendí, en lenguaje opusino, no como “santo despiste”, sino como “santa desvergüenza” de López Rodó. También oí alguna vez que al P. Escrivá le encantaba esta anécdota y se reía mucho tanto por el alto cargo de López Rodó en aquel Gobierno, como porque era persona muy seria y adusta, muy poco dado a las frivolités, y lo del “mazo” no dejaba de tener su guasa. Pero no dejan de ser percepciones u opiniones según cómo te han contado ésta u otras anécdotas.

Manzano, contesto a tu escrito del 10 de septiembre de 2014 (Crónicas reproductivas) por los pelos y con cierta rapidez, porque se me ha echado el tiempo encima y acabo de leer las últimas colaboraciones de ese día. 

Me reafirmo en que los temas de pureza, que, según tú, confundo “con el sexo, y su propio desarrollo, la sexualidad”, no suelen ser un problema grave en la vida de una persona, aunque a veces, en temporadas, esté mucho más presente. También reitero que a mí no me machacaron con este asunto -ni en el colegio, ni en el Opus Dei-, ni yo machaqué a las gentes que hicieron la charla /confidencia conmigo. Si me quieres creer, bien, y si no, pues vale. Lamento, de verdad, si a ti te machacaron.

Dices: “ignoro en qué opus estuvo o está ahora”. Te lo aclaro: estuve en el opus de 1973 a 1983 (ya lo dije) y ahora no estoy en ningún opus (es evidente).

Afirmas que no “no me ves muy suelto…, que intento desmelenarme y liberarme…, que tengo un discurso deshilachado, cansino e inquisitivo”. ¡Hombre!, pues como es una opinión, la acepto. Menos mal que líneas antes dices que “no te queda más remedio que darme la bienvenida” a opuslibros; pues, oye, te quedo muy agradecido… Esto me recuerda el viejo y conocido chiste de aquel que entra en una librería, empuja violentamente a las personas que tiene delante y le grita al dependiente “tú, hijo de p., véndeme un  libro de cómo hacer buenos amigos” (y, de paso, te doy una pista para lo de “p. periodista”).

Pero, ya hablando en serio, lo de que yo “pontifico con mínima solvencia”; que intento “dar estopa y doctrina…”; que no sé qué del “postulador” (esto me ha hecho gracia porque me han llamado muchas cosas, pero te reconozco que postulador, nunca, por no decir en mi p. vida; otra pista, concluyente, para descubrir lo de “p. periodista”); que yo he intentado largar “un sospechoso sermón de moral reproductiva”… ¡hombre! me parece un poco fuerte y un pelín exagerado. Si relees mi escrito, verás que una y otra vez repito que en este tema, como en otros muchos, hay que conocer la doctrina de la Iglesia (o sea, tener una mínima formación) y que el matrimonio debe de decidir lo que estime oportuno, libremente, sobre el número de hijos (que se resume en lo de “paternidad responsable”), sin aceptar injerencias de nadie. Si lo vuelves a leer, seguro que verás que es cierto lo que estoy diciendo. Por ello, me dejas un poco sorprendido porque yo no he dicho lo que tú dices que yo he dicho (disculpas por el trabalenguas) y haces “interpretaciones” muy personales sobre mí, basándote en cosas que yo no he manifestado.

Ya cuando pones como ejemplo que la mujer de un primo tuyo murió en su tercera cesárea, aparte de que me parece un bajonazo de mal estilo y, por ello, me ha dolido, ya que insinúas que yo defiendo ese tipo de actuaciones, ¿qué quieres que te diga? Pues sólo puedo decirte que siento mucho, muchísimo, de verdad, que tu primo y su familia hayan tenido que pasar por una situación tan sumamente dolorosa. Pero lo que yo afirmé en mi escrito, concretamente sobre esas intervenciones quirúrgicas, es: “el número de cesáreas depende fundamentalmente de la opinión de un ginecólogo buen profesional después de examinar a la mujer. No es discutible que una segunda cesárea puede ser una auténtica burrada y una cuarta cesárea quizá no lo es. El matrimonio, responsablemente, decidirá qué hace”.

También puedes ver, si quieres, el escrito “Para Apolo. Para Dionisio” sobre este mismo tema (10 septiembre 2014).

Conclusiones.

1.- No acabo de entender y me deja un poco “descolocao” que si yo, a raíz del artículo de Dionisio, con título “Nunca es triste la verdad…”, de 10 de diciembre de 2012, expongo, mejor o peor, la doctrina de la Iglesia sobre este tema, arremetas contra mí y me dediques ciertas lindezas utilizando argumentos “ad hominem”.   

2.- Pido disculpas a los orejas por aburriros con este asunto y porque no era mi intención suscitar un debate. Lo doy por terminado.

3.- Además, he aprendido la lección (hay que tener presente que mi nick es “unonuevo”): os prometo que seré bueno y no volverá a pasar, ya que no me meteré en más berenjenales que, seguro, os aburren, pudiendo hablar aquí de tantas cosas interesantes.

NikitaSoy, gracias por tu escrito del pasado 10 de septiembre de 2014 (Para Unonuevo respecto de las ideas de Desnudo).  Coincido, plenamente, con todo lo que dices, muy especialmente en tu afirmaciónalgunos foristas opinan que si tienes una actitud ‘conservadora’ por vía de necesidad eres un ‘infiltrado’ en Opuslibros” pero con un pequeño matiz: yo, sinceramente, no creo tener una actitud conservadora. Y también estoy de acuerdo con tu frase “creo que un exmiembro del Opus Dei debe hacer todo el esfuerzo para cuidar su fe. Nosotros somos bautizados y eso es lo más importante” pero con otro pequeño matiz: algunos han contado aquí que al salir de la Obra se les hacía muy costoso hasta el mero hecho de pisar una iglesia. Entiendo ese rechazo, esa confusión -creo que algunos habremos oído decir a algún amiguete que ha dejado el Opus Dei eso de “yo ya he rezado suficientes Rosarios y he ido a suficientes Misas para el resto de mi vida”- pero creo que, poco a poco, sin prisas, con el paso de 1, 2, x años… qué duda cabe que lo mejor es ir recuperando la relación con Dios.  

 

Un fuerte abrazo para Lizzy Babieca, Josef Knecht, NikitaSoy, Manzano y para todos (orejas e infiltrados).

unonuevo







Este artículo proviene de Opuslibros
http://www.opuslibros.org/nuevaweb

La dirección de esta noticia es:
http://www.opuslibros.org/nuevaweb/modules.php?name=News&file=article&sid=22590