Carmen Charo, en su carta “Que corra el dinero” publicada el pasado 20 de agosto,, hace mención a que la Obra “… tiene gente con el encargo "apostólico" de “tratar” a ancianos ricos y conseguir sus herencias,…”.

Me ha hecho recordar el caso citado en el Recurso de Casación (4164/2006), publicado por el CENDOJ y que pudo perjudicar seriamente a varias entidades benéficas y personas físicas e incluso, paradójicamente, al propio Opus Dei.

Lo sorprendente de este caso es que habiendo otorgado D. Gaspar (nombre ficticio) testamento el 20 de marzo de 1997, justo tres días antes de su fallecimiento, ocurrido el 5 de julio del mismo año, dio la orden de transferir más de 750 millones de pesetas de sus cuentas suizas de las que legaba el 45% de los saldos existentes al tiempo de su muerte a diversas entidades (Hermanas Hospitalarias de la Santa Cruz, Cottolengo del Padre Alegre, de Barcelona, Hermanitas de los Pobres, de Barcelona, Colegio Mayor Universitario Bonaigua, de Barcelona) y personas físicas.

La heredera Dña. Julia (nombre ficticio) fue la segunda esposa de D. Gaspar y por pocos años, pues la primera lo fue durante más de 55 años. Según las esquelas publicadas en la Vanguardia, año tras año, las misas de aniversario de D. Gaspar se han celebrado en la cripta del Oratorio del C.M.U. Bonaigua.

Fortu