Bajo el añoso tejo.- zartan
Fecha Friday, 22 August 2014
Tema 040. Después de marcharse


Las cosas han cambiado mucho en la cosa, o eso es lo que dicen.

En un lejano verano del siglo pasado, bajo un añoso tejo y en San Felice d''Ocre, un ilustre tertuliano nos contaba el mundo de las publicaciones internas, cómo nacieron, cómo se consiguieron los primeros equipos de impresión, cómo … todo muy edificante, como era de esperar. La tarea era presentada como muy profesional tanto en la maquetación como en el dar un estilo común o el refundir varios artículos en uno solo cuando no daban el peso por separado. Don XX contaba todo con gran entusiasmo conforme a su forma de ser.

Entre otras nos contó una aneddddota muy edificante sobre el sentido común y práctico del fundador: en una Crónica se había publicado que en el oratorio de San Miguel en Villa Tevere había (entrando a la derecha) un lugar donde se conservaban anillos de la fidelidad de numerarios que se habían ordenado, cosa que no era cierta por lo que se imponía, en honor de la verdad, sustituir esa página por otra con la descripción correcta de ese oratorio o, y aquí venía la genialidad práctica, simplemente poner algunos de esos anillos donde decía Crónica y todos felices de la manera mas eficaz.

En la primera oportunidad que tuve verifiqué la exactitud del dato (mi jodida manía de pesar, medir y comprobar antes de marcar como buena una información) y sí, estaban los anillos en una cajita de plástico que me recordó a las que se usan para tarjetas de visita, un poco cutre la cajita pero cajita y, al fin y al cabo, con unos cuantos anillos. No sé si seguirán estando (por razones fácilmente deducibles hace tiempo que no encabezo giras turísticas por Villa Tevere) pero durante años esos anillos estaban en su lugar, tan calladitos pero hablando del sentido práctico del fundador. ¿Por qué irse por el camino difícil si hay uno sencillo? Y estoy de acuerdo.

De esa anebbbbdota se pueden deducir un par de cosas. Una que, ya desde el principio, era pacífico el uso del revisionismo histórico, al menos para Crónica: donde digo Diego, pasado mañana puedo decir que a los franceses les gustan los caracoles y… tan panchos (los caracoles, los franceses y los lectores todos del universo orbe) basta con sustituir una página por otra y yastá. Y la otra cosa que se puede deducir, también fundacional, es que siempre que sea posible hay que hacer las cosas en la forma más conveniente y práctica ¿Para qué meterse en berenjenales si basta poner una caja con anillos de fidelidad?

Las cosas han cambiado mucho en la cosa, o eso es lo que dicen.

Pero no todos los cambios son para bien. Me explico: Antonio Esquivias anda pidiendo que le reconozcan de alguna manera los años que trabajó en forma interna. Es evidente que la ley, entre prescripciones, cambio de país, zarandajas y otros subterfugios, posiblemente no le ampare (ojo que digo la ley y no la justicia) pero, por quieto vivir y aplicando el principio de “arrea niño por el camino mas sencillo”, yo que ellos le daría la cajita con los anillos. Si no aplicas principios de justicia o de caridad, aplica –al menos- el principio de conveniencia que, fundacionalmente, se usó incluso para no tener que cambiar una simple hoja de Crónica. Puede que este sea uno de los cambios que tanto se cacarean pero, para mí, que esto no es mejora sino “peora”.

Si saben que Antonio puede presentar testigos que, como yo, le vieron llegar a Roma y trabajar por años en cosas internas, si saben que puede montar un circo mediático con trompetas, focas y hasta elefantes, si saben que arreglar su demanda económica sería un cero coma nada por ciento de su presupuesto anual… ¿por qué no llegar a un acuerdo con él?

¿Qué razón hay para no poner en silencio todo por unos cuantos miserables eurillos? No es por un tema de justicia ya que la justicia pide que se acoja la solicitud íntegramente. ¿Tendrán miedo que si ceden en una se les vengan encima tropecientas solicitudes? No creo que sea esta la razón ya que la mayoría de los que hemos sido “numerarios auxiliares” no tenemos ninguna gana de pedir nada. ¿A alguien se le ocurre cual puede ser la razón?

Cuentan que, cuando instalaron el obelisco que hay en plaza de S. Pedro, como no estaba disponible Obelix, montaron todo un sistema para ponerlo en pie y, para que las ordenes llegasen bien a todos los trabajadores se prohibió, bajo pena de muerte, que nadie hablase. A un cierto punto, cuando las cuerdas empezaron a crujir y amenazaban con romperse, un tal Bresca jugándose el gaznate, gritó “aiga ae corde!!” (agua a las cuerdas). Desde fuera lo estamos gritando ¿habrá alguien dentro que lo haga?

Estas cosas tarde o temprano explotan. Y cuando lo hacen se dice que es un ataque a la madre guapa, que los malos somos muy malos y con munchos cuennnos, que es puro odio a la Iglesia que… muy victimista todo.

Y que conste que te lo dije antes de que pasara y con palabras del famoso maestro Yoda “bueno no es la vida complicarse”.

Desde la selva un abrazo

Zartan de los Nomos









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