Viejos y enfermos.- Herrán
Fecha Friday, 18 July 2014
Tema 070. Costumbres y Praxis


Uno de los temores más generalizados entre los numerarios veteranos es sobre quién los cuidará cuando sean viejos y no puedan valerse por sí mismos o cuando estén en cama enfermos, pues van siendo muy pocos los numerarios jóvenes que siguen en la Cosa o que simplemente ya no pitan aunque don Javi repita que “siempre serán tiempos de nuestro Padre”. Dicho sea de paso, ya ni se menciona la fallida campaña de las 500 vocaciones iniciada por don Prelado.

Un sacerdote numerario, muy enfermo por cierto, me decía hace como 8 años: “mi preocupación es que son pocos los pitajes de numerarios jóvenes que no sé quién me va a cuidar cuando llegue a viejo y enfermo”.

Las enseñanzas del Marqués de Peralta al respecto se han quedado en el manual, porque en la práctica muestra otra cara muy diferente a lo que sucede dentro del “bendito manicomio”. La idea de que “los lazos del espíritu son más fuertes que los lazos de la sangre” no deja de ser una cosa ambiciosa y romántica; lo que sucede muchas veces es que cuando se enferman los Escrivarianos terminan siendo atendidos por alguna hermana de sangre soltera o los trasladan a una casa de reposo (así les llaman ahora a los asilos que don Perfecto Escrivá dejó escrito que ningún hijo pisaría uno) como terminó la vida del agregado Carlos Aguilera, quien murió hace 2 años a los 84 años en Monterrey. No me imagino al actual Prelado pasar los últimos días viviendo en una casa de reposo atendido por un enfermero que ni siquiera tiene su mismo lazo de espíritu.

Una de las típicas respuestas que ofrecen los directores ante tal problemática es que: “la Obra es muy joven y está aprendiendo sobre la marcha”. Y claro, es tan joven que “llegó con 100 años de anticipación” y así de joven se está exterminando por los abusos que se cometen a sus miembros de ahí que muchos salgan corriendo por la pifia de fraternidad que hay en la Cosa. Ya lo decía el mismo san Chema, que puede ser muy profético a lo que está sucediendo en la actualidad: “Hijos míos: Lo que nace grande es monstruoso y muere”. Ahí se los dejo a su interpretación.

Lo cierto es que la columna vertebral del Opus, los numerarios, o también llamados los “aristócratas del amor” acabarán siendo una fuerza poco productiva a los fines del Opus con el pasar del tiempo. La forma de vida del numerario tendrá que ser reformada, pues en la práctica son laicos de derecho y religiosos preconciliares de hecho en sus normas y costumbres.

Ya no hablemos de las Numerarias auxiliares que, al menos en México, no cuentan con seguro social. ¿Y qué pasa cuando se enferman en la mayoría de los casos? Las regresan a sus ranchos para que su familia de sangre se haga responsable de su salud. Lo cierto es que con su familia de sangre se reencontrarán con el cariño y el amor desinteresado. Al menos ahí, en su hogar natural, con sus seres queridos, no habrá el dedazo de la directora para ordenar turnos y tener que cuidarlas.

Herrán









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