Fisac sobre Escrivá.- E.B.E.
Fecha Friday, 11 July 2014
Tema 125. Iglesia y Opus Dei


Decía Fisac en su última entrevista: «Escrivá quería hacer una cosa buena pero le salió muy mal». Pese a lo que muchos podrían creer, lejos de ser una abierta crítica, puede ser una de las defensas más favorables a Escrivá, llegada la última instancia. Allí Fisac salva la intención de Escrivá y, si algún día, investigaciones oficiales llegaran a la conclusión de que indudablemente el Opus Dei salió muy mal, el testimonio de Fisac muy bien podría salir al cruce y salvar a Escrivá: al menos «quería hacer una cosa buena».

Desde luego Escrivá está canonizado y –según tengo entendido- Fisac no fue llamado a declarar en el proceso que llevó a Escrivá a los altares. Paradójico sería que, con el paso del tiempo, el Opus Dei se viera en la necesidad de acudir al testimonio de Fisac para salvar a Escrivá.

Ahora bien, a partir de lo dicho por Fisac, podría decirse lo contrario. A Escrivá le salió muy bien lo que hizo; la pregunta, entonces, sería si realmente quiso hacer algo bueno.

Escrivá se propuso crear su Opus Dei y lo consiguió. Hoy sigue en pie y hasta ahora no ha recibido ninguna crítica, censura o intervención pública (que haya salido en los diarios, digamos) por parte de la Iglesia, como sí la han recibido otras instituciones. Públicamente, el Opus Dei sólo ha recibido aprobaciones. Goza de un poder de influencia importante y, a pesar de la cantidad de personas que ha abandonado la institución, sigue funcionando y no presenta rasgos de crisis interna (al menos públicamente). Es cierto que Escrivá no logró todo lo que quería (el episcopado, la prelatura nullius, etc.), pero logró bastante, incluso obtuvo su propia consagración personal a través de su canonización.

Obsesionado por la eficacia, Escrivá alcanzó gran parte de las cosas que se propuso y deseó. Durante el tiempo que vivió, fue un hombre exitoso, e incluso su éxito trascendió su muerte hasta adquirir el título de santo. Al parecer, muy pocas cosas le salieron mal o contrariamente a sus ambiciones.

¿Por qué dice Fisac, entonces, que a Escrivá «le salió muy mal» lo que quiso hacer?

¿Será acaso:

-          por la cantidad de personas que abandonó -y abandona- la institución a lo largo de los años;

-          porque la salida fue/es generalmente traumática en muchísimos casos;

-          por la cantidad personas que se deprimen a lo largo de los años en la institución;

-          por el fraude vocacional (presentando una vocación religioso-conventual como si fuera netamente laical);

-          por la falta de separación entre gobierno y dirección espiritual;

-          por la falta de ayuda a la hora de la salida;

-          por el vaciamiento personal que se experimenta a la hora de la salida;

-          por la gran cantidad de gente que, en definitiva, es perjudicada por el Opus Dei?

Pues, desde la mirada de Escrivá, ninguno de esos elementos –y tantos otros- es signo de que algo le saliera mal. Todo lo contrario.

En primer lugar, Escrivá no admitiría dichos problemas, errores, o daños provocados bajo su responsabilidad. Tal vez, en la intimidad, podría aceptarlos y justificarlos como costos necesarios o inevitables, no como defectos. Todos los miembros tenían que quedarse lo más posible –hacer el esfuerzo- y los que se iban, pues, era sólo culpa de ellos, no del Opus Dei. Escrivá, cero culpas y el Opus Dei, una obra de Dios sin defectos ni manchas, como todo lo divino.

Escrivá construyó una organización a su medida. Eso hizo, y le salió muy bienLo que falta resolver es la siguiente pregunta: ¿quiso realmente hacer algo bueno?

Por eso, a la hora de criticar al Opus Dei, creo que sería un error dar a entender que con un par de reformas sus problemas de fondo estarían solucionados. Las reformas parciales servirán de muy poco, para el caso del Opus Dei. Es fundamental preguntarse por el objetivo real que tuvo Escrivá -y produjo tantos daños- a la hora de crear dicha institución, pues por ese objetivo fue sacrificada la salud espiritual y material de tantos individuos, hasta llegar a diversos grados de destrucción personal. Ese sentido es el que hay que reformar para que cualquier otra reforma sea viable y luego creíble. De ese sentido se derivan los daños más importantes, y de su reforma provendrán grandes beneficios.

E.B.E.









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