Tras las respuestas a la pregunta que lancé la semana pasada sobre por qué la prelatura no quiere que sus sacerdotes se incardinen en las diócesis, estoy de acuerdo con Joseph Knecht (04/04/14) y Conrad (07/07/14): El motivo fundamental es la imagen de cara a la Iglesia y a los obispos.
Es muy triste, pero la obra prefiere que un cura “cuelgue la sotana” a que esté en una diócesis. Por ello, los destrozan psicológicamente durante meses para que dejen el sacerdocio. Conozco algún caso concreto y os aseguro que más de un Vicario y más de un Director Espiritual tendrá que rendir cuentas.
Imagínense por un momento que un sacerdote numerario deja la Prelatura y se incardina en una diócesis y es destinado como párroco a la típica parroquia de gente joven y del “entorno”. No les interesa nada esta situación y similares.
De hecho, la prelatura, ya se encarga de hacer la vida imposible a los sacerdotes que se incardinan en diócesis. Y cuando no lo consiguen, se echan a temblar como por ejemplo con el actual Vicario General de una diócesis española que fue sacerdote numerario y que ha sonado para obispo en alguna quiniela. ¿Verdad que tengo razón, Srs. Vicarios que leen esta web?
BoQ