El Opus Dei ha lanzado una campaña interna destinada a promover, entre los ex miembros considerados “en buen plan”, cartas dirigidas al Papa contándole “todo el bien” que les ha supuesto el paso por la Obra.

En Villa Tevere están preocupados por las críticas que van llegando desde hace tiempo a la Santa Sede, y los mandamases buscan promover una imagen impecable que contrarreste todas esas críticas. Incluso hablan de una campaña persecutoria por parte ex miembros con el fin de hablar muy mal del Opus Dei. Nuevamente el Opus Dei es la víctima.

En otros casos se ha pedido a padres supernumerarios, cuyos hijos fueron miembros del Opus Dei, que escriban al Papa hablando del bien que ha supuesto –para el hijo- todos los años pasados en la prelatura. Es decir, si no consigue que el protagonista escriba la carta al Papa, el Opus Dei “lo pasa por alto” y le pide a sus padres que lo hagan por el hijo y a escondidas de éste, aunque la experiencia del afectado fuera demoledora.

Lo que se repite de esta nueva campaña del Opus Dei es la falta de espontaneidad: se trata de cartas “a petición” de los directores, y no como resultado de una decisión personal, algo semejante a lo ocurrido durante el proceso de beatificación de Escrivá donde, -fui testigo presencial al estar trabajando en "La oficina histórica"-, no sólo se obligó a los socios a escribir loas de Escrivá que, si no eran "edificantes" al cien por cien, se corrigieron y manipularon sin permiso de los firmantes.

Un abrazo,

Agustina L. de los Mozos