Me encuentro en la página Misiones
Online con la noticia de que el Opus Dei relanza
su web en Argentina en 32 idiomas: la prelatura del Opus Dei estrena una nueva web opusdei.org.ar con un rediseño
más funcional, 78 sitios locales y 32 idiomas.
Según
Josefina Madariaga, directora de contenidos de la Oficina de Comunicación del Opus Dei en Argentina: “Desde el año 96 estamos en internet,
pero nos damos cuenta de que cada vez es más importante compartir lo que uno es
en el mundo digital: este es el objetivo del nuevo sitio, ser más
transparentes, estar más a la mano”.
Tampoco hay que ponerse así
Josefina... Transparente, transparente... no me parece que lo sea el Opus Dei.
Hubiese quedado mejor terminar diciendo: Fíjese si somos más transparente que
incluimos en la nueva web los Estatutos de la Obra, traducidos para que estén
más a la mano. ¡Toma ya transparencia la de la institución que oculta a sus
miembros el Derecho por el que son regidos! Y la Santa Sede, en definitiva,
como si nada: esto de la prudencia política es tan humano...
Eso de “compartir lo que uno es en el mundo
digital” me parece harto difícil. Porque ¡vamos a ver!, ¿qué sois?
¿Lo que refiere el Reglamento del
Opus Dei como Pía Unión de 1941?: “Los
socios del Opus Dei no son religiosos, pero tienen un modo de vivir -entregados
a Jesús Cristo- que, en lo esencial, no es distinto de la vida religiosa” (art.
1,1), o “El espíritu de la Obra es que sus
socios varones ocupen cargos oficiales y, en general, puestos de dirección”
(art. 28). Es decir, ¿colaboradores cualificados
del franquismo en el gobierno del antiguo régimen...?, ¿religiosos altos
funcionarios del Estado...?, ¿quizá transparentes piaunistas digitales...?
Puede que seáis personas de vida consagradas como se lee en las Constituciones
del Opus Dei como Instituto Secular de 1950: “El
objetivo general de la finalidad del Instituto es la santificación de los
miembros por medio del ejercicio de los consejos evangélicos y por la
observancia de estas Constituciones” (art. 3.
§ 1), que se esfuerzan con todo empeño en que la clase que se llama
intelectual se adhiera a los preceptos de Nuestro Señor Jesucristo y los lleve
a la práctica (Cf. art. 3.
§ 1). Loable empeño si no fuera porque olvidáis al resto de las
personas, aquellas por las que optó Jesús preferentemente, por los pobres y la
gente sencilla. O quizá seáis lo que parecéis ser actualmente los numerarios: aquellos
que, observando el celibato apostólico por una especial moción y don de Dios,
se dedican con todas sus fuerzas y con su máxima disponibilidad personal de
trabajar, a las peculiares empresas de apostolado de la Prelatura (Cf. 8. §
1 de los Estatutos
de la prelatura personal). Toda
una errática, confusa y extraña trayectoria para definiros: desde cargos oficiales del Estado y puestos de dirección en la
dictadura hasta burócratas de la institución, y eso que divinamente el fundador
vio claro el asunto desde el principio.
Un detalle de la información de
la nueva web en las preguntas frecuentes sobre el Opus Dei:
-¿Cómo incorporarse al Opus Dei?
-La incorporación se produce
mediante una declaración formal por parte de la Prelatura y del interesado. Se
basa en el valor de la palabra dada y en la honradez cristiana de la persona
que se incorpora a la Prelatura, y lleva consigo un compromiso de por vida:
luchar por ser santo, según el espíritu del Opus Dei. Por tanto requiere
mayoría de edad y una decisión libre, ponderada y madura. Exige además la
necesaria información previa y un adecuado periodo de preparación.
¿Habrán reconocido, por fin,
que antes de pitar es honesta, legal y justa la necesaria información
previa? ¿Qué os parece?, ¿será cierto, o sólo se refiere al engañoso
periodo de aspirante? ¿Habrán dejado aparcado el plano inclinado?, la maléfica
rampa hacia la depresión en cantidad de casos.
Levantisco