Acabo de escuchar la Conferencia del oficial Kevin Briggs y sus experiencias con suicidas del puente de San Francisco, zona que le correspondía custodiar. En el año 2000 me trasladé (trasladaron) a Chiclayo para sacar adelante las actividades proselitistas. Mi familia de sangre pidió viajase a una ciudad cercana, Pacasmayo, y aconsejara a mi primo ya que andaba en problemas y era la persona que él más apreciaba. Era un viaje de un par de horas, pasar otras tantas allá y retornar. Lo consulté con mi Director. La respuesta es obvia: acá hay mucho por hacer, encomiéndalo a Nuestro Padre. Al año siguiente se suicidó. Desde entonces me pregunto qué hubiera sido del destino de mi joven primo si hubiera desobedecido y escuchado lo que el corazón me decía: viaja y escúchalo.

Sucedió también en el 2013 – ya fuera de la Obra – cuando me envían el correo de un numerario y me piden le escriba ya que estaba sumido en una severa depresión. Pensé hacerlo pero me detuvo la idea de no entrometerme ya que estos episodios suelen servir para que algunos numerarios (as) puedan escapar de la Obra. Pocos meses después se quitó la vida. Y me he hecho el firme juramento: entrométete e inténtalo.

Nicanor nicanor.wong@gmail.com