A
PROPÓSITO DE LA UTILIZACIÓN DE LA PALABRA “NUMERARIO” POR PARTE DEL PAPA
FRANCISCO, EN EL SIGLO EL PORTEÑO JORGE BERGOGLIO, Y LA ACLARACIÓN QUE OSCURECE
APORTADA PÚBLICAMENTE POR UN PROFESOR DE LA PONTIFICIA UNIVERSIDAD DE LA SANTA
CRUZ
No soy miembro de la Academia
Argentina de las Letras, la corresponsal en nuestro país de la Real Academia de
la Lengua. (institución que
jamás utiliza el término "numerario" -tampoco las otras Academias de
otros saberes- para referirse a sus miembros más importantes, a los que llaman
"de número"). Ni siquiera tengo
titulación académica alguna para acreditar mi pericia en la lengua castellana
ni en el habla de los argentinos.
Sólo soy porteño, nacido y criado en
Buenos Aires, como el Papa Francisco, ciudad donde hice mis estudios hasta
terminar mi primera carrera universitaria de grado, lo mismo que Jorge
Bergoglio.
En mi ciudad, solamente he escuchado
y visto por escrito la terminología “numerario” y “supernumerario” en dos
instituciones:
El opus
y en la jerga administrativa interna –y en algún que otro parte de prensa- de
la Policía Federal, que a modo de ejemplo sonaría más o menos así: “En el tiroteo producido cuando los
malvivientes huían luego del asalto perpetrado contra el Banco Nación, Casa Central,
fueron abatidos dos de los cacos y un personal masculino del numerario de la
Policía Federal”. Ni siquiera la he visto en publicaciones referentes a
nuestra Administración Pública o nuestro Derecho Administrativo, materias en
las que sin ser tampoco un experto, he leído por diversas razones un poquito más
que el común de la gente.
Por eso, la aclaración que oscurece
respecto al uso del término “numerario” por parte del Papa Francisco ensayada
por un distinguido vocero
de la Pontificia Universidad de la Santa Cruz, en Roma, que como
sabemos es del opus, intentando justificar la acción, literalmente y en sentido
propio, de “enmendarle la plana” al Obispo de Roma en L´Osservatore Romano, además de causarme hilaridad, como dicen en
España, es más falsa que Judas… máxime cuando es de público y notorio
conocimiento que Jorge Bergoglio jamás vivió en España –donde pudiera haber
corrompido su habla típicamente porteña- que no disimuló jamás ni al hablar, ni
al escribir ni al predicar.
Me limito a puntualizar hechos. Dejo
a los distinguidos lectores las posibles interpretaciones…
EL
PORTEÑO