Riesgos de ir a corazón abierto.- Pinsapo
Fecha Wednesday, 23 April 2014
Tema 040. Después de marcharse


Es perentoria la necesidad de desatar ese nudo de aversión formado en nuestro interior durante nuestra vida pasada en la obra, que tanto dolor emocional nos causó, y al salir es prioritaria la liberación de las cadenas que aprisionaron nuestro corazón, y por eso me aventuro a responder la petición de consejo de Heart sobre la bondad de revelar a una posible pareja la militancia en la obra, como lo haría un gallego: depende del momento y de cómo sea la otra persona. Sobre la dificultad para intimar o expresar los sentimientos ofrecí mis reflexiones constatando la propia indigencia emocional y tratando de detectar las causas de esas dificultades de socialización provocadas tras unos años allí dentro, encorsetados los afectos con ficticias y pesadas cargas de conciencia. En el resbaladizo terreno de los amoríos iniciales son imprescindibles los consejos de buenos lazarillos que frenen nuestras ansias enamoradizas con todo bicho viviente, para evitar ese repetido error de casarse a las primeras de cambio sin constatar básicas coincidencias vitales capaces de sustentar sólidamente una relación afectiva duradera.

De forma más expresa respondí a esta pregunta con el relato de mi propia experiencia cuando sufrí un ataque de franqueza con mi novia contándole sin anestesia mi pasado como numerario, y por muy poco no salió huyendo espantada, pues la verdad que en muchos casos en nada beneficia contar una experiencia tan compleja a quien ni se imagina cómo fue esa dolorosa vivencia. En el terreno afectivo pienso que lo mejor es conocer a muchas personas que sean diferentes, experimentar recuperando el terreno perdido, pero intentando al mismo tiempo apuntar a aquellas con las que haya coincidencia en lo fundamental: una similar visión de la vida y de la persona humana sobre la que construir un futuro común. Buscar gentes con las que sea factible una duradera implicación emocional, más allá de la inicial fase de enamoramiento en la que se encaja casi con cualquiera que muestre afecto, gente con la que se pueda construir canales de comunicación compatibles. Y eso es más fácil con quienes conocieron el entorno de la obra aunque nunca pertenecieron a ella, más sencillo incluso que con quienes sí pertenecimos pero quedamos con el alma tocada, el corazón dolido y la mente bloqueada.  

Para el caso de relaciones desiguales, con diferente formación religiosa, cultural, heterogéneo ambiente social, ideológico y político; es absurdo explicar algo que nunca podrán entender y amargará o enturbiará los afectos. Pero quizá ello nos muestre el poco futuro de esa relación. Deberá graduarse la explicación de nuestro trayecto vital a las entendederas de la otra persona: si fue educado en ambientes cercanos a la obra lo entenderá todo, si estuvo en ambientes religiosos habrá que adaptar la versión, y si está muy lejos, mejor correr un tupido velo y volcar nuestros deseos de trasparencia en otras facetas de la vida ajenas a nuestro particular vía crucis. 

De todas formas debemos pensar que en este terreno el logro de una feliz relación no solo depende de que contemos más o menos cosas, sino de la actitud de los dos, y a nosotros nos corresponde el empeño para salir del pozo del acrítico micromundo en el que nos sumergimos casi sin darnos cuenta, que nos inculcó la dureza en lugar del afecto, la insensibilidad en vez de la sensibilidad. Y para ello la mejor ayuda es ese cristianismo alegre y sonriente de Francisco que invita a disfrutar del nuevo, tierno y joven Cristo que nos sorprende porque todo lo renueva y nos rescata de las oscuridades de la vida.

Pinsapo









Este artículo proviene de Opuslibros
http://www.opuslibros.org/nuevaweb

La dirección de esta noticia es:
http://www.opuslibros.org/nuevaweb/modules.php?name=News&file=article&sid=22250