La doble moral de Alvaro del Portillo.- Naranjaagria
Fecha Monday, 14 April 2014
Tema 115. Aspectos históricos


Hay una expresión antigua que todos conocemos: ‘Excusa no pedida, Acusación manifiesta’.

El escrito de Pilar Urbano en defensa de la ‘no’ intención de Escrivá de alcanzar el episcopado, deja muchas dudas de la veracidad del material ‘inédito’ al alcance de la escritora.

Ya algunos en esta web han mencionado algunos puntos al respecto. Yo me pregunto si dicha documentación ‘inédita’ guardada celosamente en los archivos de la prelatura fue presentada para la causa de beatificación Del Portillo...



No sé si la Prelatura ha caído en delito de ocultar material valioso para demostrar las virtudes heroicas del futuro beato, o si como la escritora afirma que tuvo a su alcance dicha documentación cuando escribió el famoso libro “El hombre de Villa Tevere” de lectura obligada en los centros del opus dei, es ella quien a nombre personal ha caído en delito de ocultación y omisión de documentación valiosa para el proceso y causa de beatificación, no lo sé, pero me deja muchas dudas de la autenticidad y veracidad de dicha documentación ‘inédita’ y muchas más dudas del proceso de beatificación.

Las notas aclaratorias que el mismo señor Del Portillo deja en esos ‘escritos inéditos’ y sobre todo las notas endulzantes que el señor Echevarría incluye años más tarde dejan en evidencia la doble moralidad con la que los miembros del opus deben actuar.

Vamos a partir de la idea que dicho material inédito es verdadero y fue escrito de puño y letra por Del Portillo y luego ratificado por Echevarría en la fechas que aparecen anotadas. De ser así, Del Portillo nos deja una pista de su doble moralidad quizá no voluntaria pero manipulada por Escrivá.

Es el mismo Escrivá quien dice ‘‘no tengo nada que decirte; has obrado con la máxima rectitud y con la máxima lealtad, siempre fiel a la Iglesia, a la Obra. Pero, de ahora en adelante, no sigas con esas gestiones”.

Vamos a ver si nos entendemos, Escrivá le dice a Del Portillo que ha actuado con rectitud, con lealtad y fidelidad a la iglesia y a la obra, pero le dice “no sigas con esas gestiones”. ¿Cómo puede entenderse esto en la vida y actuar de un miembro de la prelatura?

Del Portillo actuando con uso de razón y con lealtad y fidelidad a la iglesia y a la obra como lo afirma el santo fundador, cae de repente en esa doble moralidad que todo miembro del opus debe en algún momento enfrentar en su alma y conciencia, ‘Obedecer o Marcharse’.

Del Portillo, si como afirma Pilar Urbano, estaba actuando a espaldas del santo fundador, podría pensarse que el hijo predilecto de Escrivá querría separarlo de su obra gestionando un posible episcopado para el fundador que mantendría a Escrivá al margen de su obra.

Del Portillo, quizá nunca leyó o escuchó las sabias palabras de su santo fundador de no escuchar la voz de otros pastores, que no son buenos doctores para el alma de los hijos de Escrivá.

Del Portillo, quizá debió haber recibido una corrección fraterna tras olvidar consultar con sus superiores una gestión tan importante como sería la de obtener para su santo fundador un episcopado. ¿Actuó en nombre propio?

Del Portillo pareciera estar en perfecto estado de uso de razón y tener conciencia de estar actuando con rectitud y fidelidad, pero le ha ocultado a su santo fundador una gestión que cambiaría el rumbo de la obra.

Del Portillo se ve manipulado por un capricho de Escrivá, esta vez, el capricho de no aceptar un episcopado.

Me parece que es aquí donde podríamos ver la envergadura de la problemática que los miembros del opus tienen al confrontar la libertad personal y compaginarla con las decisiones arbitrarias venidas de Roma.

¿Cuantas veces no ha sido el caso que un numerario sabiendo que actúa de acuerdo a los principios básicos de la iglesia y no digamos del sentido común, debe dejar ese actuar simplemente porque ‘El Padre’, ‘El Director’, ‘El que le lleva la charla’, ha dispuesto otra cosa para su alma?

Si el mismo Alvaro Del Portillo se ve forzado a dejar de actuar con rectitud, lealtad y fidelidad a la iglesia y a la obra para saciar los deseos y caprichos de su santo fundador, ¿qué más podría pedirse de los miembros del opus que viven hoy como ayer, en los tiempos ‘Del Padre’?

NaranjaAgria







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