Ni obispo ni mártir.- Manzano
Fecha Wednesday, 09 April 2014
Tema 125. Iglesia y Opus Dei


Alcanzó la mayor gloria una vez fallecido con su canonización. Pero no alcanzó un episcopado, tampoco la categoría de mártir a pesar de que hizo todo lo posible en vida para parecerlo. Ese guante se lo recogió Del Portillo declarando a la muerte de su fundador que por su intenso sufrimiento, Dios le conmutó cada tres de vida años por uno. También su “roca” se ocupó –ilegalmente- de auparlo a los altares mediante una increíble aportación a la “positio” atribuyéndole todas las virtudes posibles y en grado heroico.

Sólo nos faltaba, como nos recuerda Giovanna Reale el pasado 21 de Marzo, que un periodista, el Sr. S. Aragonés, cooperador orgánico de la Prelatura y ex-director de Europa Press en Cataluña, publicara recientemente en un medio escrito de ámbito nacional un panegírico del próximo beato, aprovechando la ocasión –no podría ser de otra forma- para ensalzar la “gran humildad” de Escriba.

No me resisto a transcribir unos párrafos de dicho artículo, no tienen desperdicio, pues ponen en relieve las capacidades y el talento de Del Portillo. También de cómo era y sigue siendo la mentalidad de esa organización tan desorganizada: (la negrita cursiva subrayada es mía)

De repente apareció la figura serena de D. Álvaro. Nadie le esperaba. Informó con todo detalle de cómo transcurrió la jornada del fundador ese 26 de Junio hasta el momento de su fallecimiento. Me sorprendió su gran serenidad y la minuciosidad con que contó los hechos”.

"Los periodistas nos quedamos impresionados por la cantidad de datos y la apertura informativa que nos dio"

“Ávaro, con esa capacidad de síntesis que tenía,... a los casados dijo que la familia era el mejor negocio de este mundo”.

“Había que querer mucho a nuestras esposas ¡con sus defectos!, matizó, y a nuestros hijos”

Una forma más de demostrar que hay una serie de importantes hechos históricos que atañen a la propia vida del ensalzado y a la del fundador que han ocultado con alevosía, no por falta de memoria. Siempre aparentando lo contrario de la realidad, son unos artistas.

La mentalidad mercantil de la institución, su pasión por el éxito, el poder y la fortuna terrenal. Nada que descubrir de nuevo, pero que sin darse cuenta lo sueltan como si fuera lo más natural, como si fuera lo más evangélico. ("La familia el mejor negocio": ¿A qué familia se refiere?).

Y finalmente, ese rancio carácter machista, esa trasnochada mentalidad de Escriba donde la mujer siempre sale malparada!

Y si la praxis del Opus Dei se basa recurrentemente en las verdades parciales o incompletas, en discursos retrógrados y a menudo delictivos: ¿qué grado de credibilidad se le puede atribuir a esa institución?.

Doctor, Marqués, Prelado, Gran Canciller y Santo: qué bonito hubiera quedado también lo de “obispo y mártir”, pero se quedó solamente en ¡grado de tentativa heroica!

Manzano









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