Estimada Agustina
Escribo para hacer una simple
reflexión.
Tú y seguramente muchos de los que
escriben en la página han participado durante muchos años en las tareas
internas. Han usado archiveros, cofres, carpetas de colores varios; mantenido
sesiones en salas de reuniones en cuyas mesas se han sentado de determinada
manera; han seleccionado proveedores, aprobado proyectos, tratado con empresas
constructoras y bancos. Han opinado y juzgado sobre personas y situaciones; se
han enterado de escándalos, miserias y grandezas de personas e instituciones,
de socios y de instituciones vinculados, han elaborado dossiers y los han ido
actualizando a lo largo de muchos años.
A pesar de todo ello no he leído,
quizás se me pasó por alto, que ninguno de los que han protagonizado y
participado de hechos y situaciones como las antes expresadas hayan violado el
compromiso que asumieron de no revelar los asuntos con los que tomaron
contacto. Si así no fuera, muchos serían los secretos y muchas las revelaciones
que harían de esta página la web más leída del mundo (y con pingües
beneficios).
A los del Opus Dei que desprecian a
los que se van al extremo de
afirmar que con ellos no hay que trabajar, bien les haría meditar sobre
esto. ¡Qué diferencia de proceder!
Un cordial abrazo!
ANARA