Comparto los escritos que han ido surgiendo sobre el sistema de gobierno en Álvaro del Portillo, señalando, entre otros puntos, unas opciones más reglamentarias y controladoras. Mi aportación no quiere ser general, sino ceñirse a mi propia experiencia, en una región que no era España.

Antes de otros cambios venideros, el primero que percibí, justo después del Congreso, fue una profunda renovación de la Comisión Regional. Fueron desplazados vocales nativos del país o, también, españoles arraigados, mientras sus cargos eran cubiertos, en algunos casos, por numerarios que vinieron de España, a veces sin conocimiento incluso de la lengua propia.

En comparación con estas nuevas opciones, el talante de Josémaria Escrivá me pareció, en algunos puntos, como más "autonómico", para utilizar un término a la moda, lo que no obsta para que también pudiera ejercer actos de fuerte autoridad dentro de las regiones. Para mí, se trató de un cambio, si bien hablo a partir de mi situación modesta de numerario de base. Me he preguntado el motivo para el talante de Josémaria Escriva y las explicaciones pueden ir desde su escaso gusto por el trabajo burocrático (se dice), como radicar en cierto barniz de foralismo aragonés más que de centralismo, etc.

curial