El Buen pastor.- pepito
Fecha Friday, 21 March 2014
Tema 115. Aspectos históricos


Meditando al hilo del mensaje de Sperpento, y aunque en esencia no nos diga mucho de nuevo, me percato una vez más de que es una verdadera desfachatez la doctrina de Escrivá sobre el Buen Pastor: convirtió una de las más bellas parábolas evangélicas en un vulgar instrumento de manipulación de las conciencias. Y es que, tras arrogarse por las buenas esa noble figura para las que él llamaba “mis ovejas”, también lo hizo con el derecho de nombrar a los “gañanes” (directores y curas) encargados de la “dirección espiritual” en nombre de su Opus Dei.

Creo que ya he comentado en otra ocasión cierto suceso que, al lado de seguramente muchos otros, contribuye a explicar esas bucólicas pretensiones de Escrivá. Al parecer, antes de la Guerra Civil él tenía más o menos reclutados a unos cuantos curas afines, con los que esperaba poder atender a sus hijos en la confesión y en la famosa “charla”; pero algunos de ellos, por lo visto, le salieron ranas y se convirtieron, como el diría con su congénito patetismo, en su “corona de espinas”. Y es que, al parecer, cuando a uno de ellos, según dicen, el primer numerario que Escrivá ya tenía en el saco, le contó al cura que en su misa diaria veía a una chica que le gustaba mucho, él lo animó a que se hiciera su novio y formara con ella un matrimonio cristiano, como era de sentido común. Pero a esa oveja su “buen pastor” la tenía destinada para más altos destinos.

En fin, creo que en la historia de la Iglesia habría que rebuscar para encontrar casos similares; y menos mal que ya no había Inquisición; pues la de los buenos tiempos hubiera llamado a cuentas a Escrivá al respecto de esa usurpación del título de Buen Pastor.

Pepito









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