Una muestra de la esquizofrenia vital en la que están sumidos los numerarios del Opus Dei la encontramos en los llamados "centros de San Rafael" o clubes juveniles del Opus Dei.

Los clubes juveniles o "centros de San Rafael" son ordinariamente asociaciones civiles.

En el Opus Dei se repite por activa y por pasiva que la institución no tiene nada que ver con el fenómeno asociativo, sino que es una "prelatura personal".

Pero si el Opus Dei no tiene nada que ver con el fenómeno asociativo, ¿por qué los numerarios viven en centros que son la sede de una asociación?

La paradoja es difícil de resolver para el numerario que vive en un "centro de San Rafael" o club juvenil y se la plantee: ¿Cómo explicar que los numerarios del Opus Dei no forman parte de ninguna asociación, pero sin embargo viven en una asociación y trabajan para una asociación? ¡Qué complicación vital!

Habitualmente, la mayoría de los cristianos corrientes no viven en sedes de asociaciones, sino en sus domicilios particulares.

El problema de fondo para los numerarios del Opus Dei no es que los centros de la Obra sean sedes de asociaciones, lugares colectivos de ocio y diversión o viviendas comunes y corrientes, sino el hecho de que viven escondidos o parapetados tras un velo que les obliga a utilizar la fórmula "somos pero no somos" para dar razón de su identidad y su actividad.

La vida fuera del Opus Dei es más sencilla que dentro. No hace falta tanta complejidad para ser un cristiano corriente en medio del mundo.

Desconcertado