Abundando sobre el
beato de la reglamentitis mencionado por Laotraorilla.
Me comentaba un buen amigo que hay algo más
peligroso que un abogado, y es un ingeniero con alma de abogado. Entonces, no
te dejará ni respirar... Sólo cuando él lo haya previsto en el manual. Me
pareció una buena semblanza de del Portillo.
No es de extrañar que del Portillo haya
tenido una tasa de mortandad (entre sus hijos) tan elevada en sus años de
mandato.
Por otro lado, hay que tener en cuenta que
en aquella época, la idolatría hacia el fundador –cuando todavía vivía- era una
práctica aceptada y bien vista incluso dentro de la Iglesia. En la actualidad,
estamos viendo los enormes estragos que esa práctica ha producido y sigue provocando.
Y quien no se lo crea, que se lo pregunte a los Legionarios...
Pero al margen de la personalidad de los
fundadores recientes del s.XX (un tema de estudio apasionante), la cuestión
esencial es el sistema de gobierno que imponen en "su" institución. Esa
es la conclusión más importante que han sacado los Legionarios (y con ellos, la
Iglesia) después de este duro periodo de reconversión que están viviendo. Y en
este aspecto, la obra de Maciel y la obra de Escrivá son idénticas (al menos de
eso se quejaban los jefes del opus). Habría que pedirle al padre Ghirlanda que
aproveche todo lo que ha trabajado para corregir esos abusos y los aplique
también a la obra de Escrivá.
Si
a esto añadimos que del Portillo sufría lo que se conoce como trastorno de dependencia (ver trastornos
de personalidad, DSM-IV) el futuro de la obra de Escrivá era bastante
previsible: una maquinaria de sus deseos y caprichos, unos buenos y otros malos.
Creo que es por eso que el mensaje que se vende -desde la Prelatura- es que del
Portillo “era un hombre amable y bonachón". Ciertamente lo era. Pero la
cuestión es qué mensaje había detrás y cuanto aporto él para que se perpetuara.
Milwaukee