A raíz de la aportación de Agustina (28/02/2014) he tenido la oportunidad de conocer la versión que un numerario, profesor de la Universidad de Navarra durante 27 años, da sobre su despido.

Debo decir que para valorar lo que ha ocurrido sería prudente esperar a conocer, si fuera posible, la sentencia del Juzgado de lo Social número Dos de Pamplona, que parece no ha sido notificada aún.

En cualquier caso, ¿en qué consistió la intervención del director de su centro en el juicio? Quizás por mi torpeza no logro relacionarla con el conflicto que afectaba al numerario: parece que dicho testigo no tenía relación profesional alguna con el despedido, salvo el también trabajar para la Universidad. ¿Qué declaró? Lo único que sabemos es que le causó el esperado sofocón al afectado. Ante ello, por mi experiencia como abogado, me parece una muy extraña actuación.

Le deseo lo mejor al despedido y que tenga suerte. Por sus videos me parece una persona honesta y confiada (quizás algo ingenuo, dicho sea con todo el cariño) a la que, posiblemente, la vida le ha golpeado de una forma que seguramente superará con fundamento en lo mejor de sacar lo mejor de sí mismo. Siento simpatía por él, quizás porque, hace años, sufrí una situación parecida y, en cierto modo, reaccioné como él lo está haciendo.

Y me acuerdo del chiste del padre que jugaba con su niño de un año y lo ponía encima de una mesa. "Ven, ven, que te cojo en mis brazos". Y el niño iba por la mesa gateando hacia los brazos de su papá. Sin embargo, llegado el momento cumbre de agarrarse a ellos, el buen hombre va y los retira. El niño cae al suelo. Todo son lloros, dolor, desconsuelo, desconcierto, etc. Y el progenitor que enseña: "Esto es para que no te fíes ni de tu padre". Educación espartana.

En fin, veremos en que acaba esta (nueva) historia.

Un abrazo.

Conrad