En la vida interior y en el fuero interno... ¡Prohibida la entrada!.- Orange
Fecha Monday, 24 February 2014
Tema 090. Espiritualidad y ascética


La vida interior libre de influencias externas es el tesoro que hemos ganado al salirnos de la obra y del que todavía no gozan los que siguen. Ellos tienen una vida interior controlada, esclavizada e irrespetuosa con su intimidad. Cuando sales, te quitas la tiranía de la dirección espiritual opusina y en tu vida interior no manda nadie. Mejor dicho, empieza a mandar directamente Dios, cosa que es fabulosa…



No quiero parecer un "telepredicador on line" y Dios me libre de intentar convencer a nadie de mi visión de las cosas, pero pienso que cuando abrimos nuestra intimidad a Jesucristo y nos unimos con El sin injerencias externas, nuestro espíritu cobra vida, se rejuvenece, se llena de alegría, de ganas de vivir y de comunicar esa felicidad a los que tenemos cerca. Para hacer eso, que es lo esencial del Cristianismo, no necesitamos a nadie. Pues bien, esto que yo siento me encanta verlo apoyado en Mt.6,6: "Tu, cuando ores , entra en tu cámara y, cerrada la puerta, ora a tu Padre, que está en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo escondido, te recompensara". He ahí la esencia de la vida interior. Esto es todo lo contrario a lo que se hace en la obra con ese exceso demencial de oraciones vocales repetitivas, impuestas a la fuerza, que no salen del alma y que repiten día tras día como papagayos y papagayas. Me alegro de nuevo de que esta idea esté bien apoyada: Mt 6,7 "y orando, no seáis habladores como los gentiles, que piensan ser escuchados por su mucho hablar".

Este nuevo espíritu me evoca aquella canción italiana que decía: Aprite le finestre al nuovo sole, e primavera, e primavera, aprite le finestre ai nuovi sogni..., que cantó Franca Raimondi en S.Remo-56. Alguien dijo que se la cantaran al fundador cuando se estuviera muriendo. Excelente idea. Sin embargo, nadie se la cantó. En mi caso, en cierto modo, el salir de la obra fue como pasar de la muerte a la vida y en esa nueva vida me gusta esa canción.

En esa intimidad con Dios, nadie tiene derecho a meter sus narices. Solo nosotros mismos en el caso de que nuestra vida interior nos plantee alguna duda, dilema o inquietud, podemos pedir opinión o consejo a alguien de quien nos fiemos. Ese alguien no tiene que ser siempre el mismo ni debe ser para siempre. Y nos dará consejos, nunca ordenes. Y nunca nos dirá lo que es la Voluntad de Dios para nosotros, pues ya se encarga Dios de decírselo directamente a nuestro espíritu. Dios no necesita ningún correveidile para hacer conocer Su Voluntad a cada alma. Se basta El solo. Así de fácil. Esto es lo esencial de la espiritualidad.

En teoría no se necesitaría pertenecer a ninguna religión para llevarlo a cabo. Pero en la práctica, cada uno puede voluntariamente estar en la institución religiosa que quiera, tomándola como ayuda externa, y proyectando hacia los demás la felicidad que nos da Cristo, que es el apostolado, como comunidad con la que compartir el gozo del Evangelio, obligándose uno en contraprestación, a respetar sus normas siempre que estas no atenten contra la libertad de conciencia.

Aparte de esto, Dios puede mandar hombres suyos para dar avisos a los hombres (profetas, sabios, hombres o mujeres carismáticos, etc.); pero lo que estos dicen es para todos en general, no se meten en el fuero interno individual de las personas. El fuero interno es absolutamente sagrado y ahí no puede entrar nadie. Ningún Rabino, ningún Ayatolá, ningún Obispo, ningún Gurú, ningún "Maestro" del tipo que sea, nadie. Leemos en Mt. 23, 7-9: ...”les gusta (a los fariseos) oírse llamar "maestro" por la gente. En cuanto a vosotros, no os hagáis llamar "maestro" porque no tenéis más que un Maestro y vosotros sois hermanos. A nadie en el mundo llaméis "padre", porque no tenéis sino uno, el Padre celestial” . Y dan ganas de maldecir al que intente hacerlo... pero no debemos maldecir a nadie... no vayamos a volver a la maldición de D. Alvaro.

Cuando se proponen cambios para el Opus Dei no se hace por rencor, por ganas de fastidiar o por despecho como muchos de ellos creen (o les hacen creer). Se hace porque da pena verlos en esa cárcel de vida interior en la que están, pudiendo estar estupendamente fuera, o dentro de una obra a la que se hubiera quitado toda la hojarasca asfixiante que dejó Escrivá y se hubiera quedado con lo esencial de su carisma. Desde dentro debería haber un movimiento para desembarazarse de los directores inmovilistas y sustituirlos por un nuevo prelado y directores los que, en lo que se refiere a respetar el fuero interno de las personas, les invito a inspirarse -entre otros- en Santa Faustina, como nos recordó Hormiguita en su momento (17-12-2012).

Orange.

P.D. Agustina: aunque, como sabes, llevo poco tiempo en Opuslibros, esto es para mí una autentica catarsis. Mil gracias.







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