Hola a todos:

En muchos escritos observo que se habla de la voluntad de Dios, tema que querría comentar un poco.

Dios es omnipotente, pero no totalmente, porque no puede ir en contra de su naturaleza, y esta es el amor, la caridad. El hombre sí puede seguir el bien o el mal, pero Dios no. Por esto, este sentido misterioso de la voluntad de Dios a través de los directores de la obra, me parece una herejía, pues se coloca al hombre en el lugar de Dios, aunque lo diga quien lo diga, que siempre será un hombre, con sus circunstancias, intereses y necesidades. Quieres hacer la voluntad de Dios, haz el bien y evita el mal. La voluntad de Dios en la obra coincide con los intereses de ésta. Así que no es voluntad de Dios, sino de los directores únicamente, que puede coincidir con la de Dios, si se orienta al bien, o con la de vulgares manipuladores, si no tiene en cuenta la bondad como objetivo. Siempre me resultó rara la afirmación de que lo importante no era ser bueno, sino santo. Santidad muy rara ésta, desligada de la bondad y ceñida a una obediencia ciega. A la obra le encanta lo aparatoso, el brillo social, el éxito. Es un poco calvinista. Ya en esta vida uno se sabe elegido.

Con la beatificación de Don Álvaro removerán cielo y tierra para dar una imagen triunfal, de poder, de seguidores, para impactar en la sociedad y en el Vaticano. Sería mejor que se dejaran de beatificaciones, y dieran todo el dinero que se gastarán tontamente a la gente necesitada. Es curioso como la Iglesia y sus instituciones se creen buenos, perfectos. Tal vez el Cuerpo Místico lo sea, pero las miserias son palpables en las instituciones. Es bueno desconfiar de las instituciones eclesiásticas y en particular de la obra, ya que el egoísmo, la mentira y el ansia de dinero y poder se entremezclan con los fines espirituales de los que alardean.

Un saludo.
Rocaberti