El Señor me ayudó a ser solamente cooperadora.- Sinorillas
Fecha Monday, 17 February 2014
Tema 010. Testimonios


Les estoy escribiendo desde el otro lado del Atlántico, no sólo desde la otra orilla geográfica. También estoy en la orilla de ese inmenso "Mar sin orillas", que todos ustedes bien han conocido.

Gracias al Señor que oportunamente me mostró claramente mi vocación, es que no he pasado de ser más que una intermitente cooperadora, pero de las muchas veces estuve en plan de súper numeraria, pero la Gracia me ayudó a ser solamente, cooperadora. Chan! Chan!

Me han impactado profundamente los relatos que en la página se vierten. Especialmente, porque por estos lados, por lo menos, no tuve nunca oportunidad en más de treinta años de encontrar Orejas para cuestionar lo que tan fiel reflejan. En lo personal, por no estar involucrada y por mi carácter, siempre huí educadamente cuando algo me sonaba confuso. Es así que sobreviví a prudente distancia de tanta santidad, tanta piedad, tanto apostolado, tanta labor, tanta formación y sobretodo tantas ambigüedades. Ambigüedades que por serlo, resultan difíciles de plantear cuando una tiene, lo que aquí aprendí, que se llama buen espíritu.

Es verdad que quizá podría seguir así, leyendo "tus escritos" y "la correspondencia", y mansamente pulular por el centro que mejor me venga en ganas. Pero sucede que me parece morboso tener esa actitud. Por otro lado hace algo más de un año me diagnosticaron un problema de salud delicado, que imprimió mayor definición a mis posturas y mayor coherencia en la acción. Esto, sumado a mi gran sensibilidad me exige interiormente tomar una actitud, que, en gestos, plática y presencia permita a aquellos que conozco y sufren sin saber por qué, tomar conciencia y por qué no, distancia, de lo que puede ser la fuente de sus angustias.

Lo que especialmente me decidió seguir leyendo la página, fue leer el libro de María del Carmen Tapia y descubrir, por qué el Señor me quiso tantos años allí. Sin ánimo de ensoberbecerme, quisiera poder estar cuando me necesiten. Tener la lucidez que tuvieron la señora de Souza, el señor Ismael Medina y su señora para con María del Carmen Tapia.

Espero que puedan ayudarme a ayudar a otros, - como ustedes, que creyeron y se entregaron con sinceridad- para que encuentren la felicidad, que su generosidad les amerita.

Un abrazo enorme, desde la otra orilla.

Sinorillas









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